(...) las hembras tenían sexo con mayor frecuencia con los machos que les daban carne, aunque sólo les hubieran entregado comida una vez, lo que indica que compartir la caza mejora las posibilidades del macho de aparearse. Aunque los científicos observaron que los machos se inclinaban preferentemente por entregar parte de su caza a las hembras en celo, esto no varió el resultado, ya que, para aparearse, a las hembras les bastaba con que en alguna ocasión se la hubieran dado.
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Asimismo, la investigación puede tener un impacto en los conocimientos existentes sobre las relaciones entre los hombres y las mujeres, afirma Gomes en el artículo en PLoS ONE. Ya hay estudios sobre tribus de cazadores en la selva latinoamericana y en África que sugieren que los mejores cazadores son los que tienen más esposas y más hijos. Sin embargo, Gomes no quiso comentar cualquier paralelismo con las sociedades modernas.
Ahora los investigadores quieren descubrir en que momento los hijos de esas hembras le prometen al resto de la manada distribuir la carne entre todos, a condición de que los impongan como el macho alfa.
Billetera mata galán.
ReplyDeleteNo deberían decirle “la del mono”.
ReplyDeleteEn el homo argentinensis vulgaris se observa una conducta parecida en los machos que consiguen un plan, asignaciones o pensiones para las chicas del barrio.
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