Feb 12, 2012

"El trabajo dignifica" de Doña Amalia


Estoy trabajando por unos días en Bogotá, Colombia. El Viernes pedí un taxi al hotel, para que me viniera a buscar a la empresa del cliente donde estoy laburando, porque es directamente imposible encontrar radio taxis libres en hora pico, y no te recomiendan parar los amarillos que van por la calle.

La cosa es que vino una señora que me había llevado a la empresa el día anterior. Una mujer mayor, Amalia, que me reconoció al subir e intercambiamos saludos. Me preguntó cuándo me volvía, le dije que a media semana, y me dio una tarjeta con su número, ofreciéndome su servicio para llevarme al aeropuerto por si quería llamarla. Al dar vuelta la tarjeta veo que en la parte de atrás había un mensaje entre comillas: "El trabajo dignifica". No decía un mensaje cursi, no decía una frase de Gandhi ni de MLK ni del flaco INRI, como le dice mi tío. Hablaba del trabajo, y de que es una fuente de dignidad.

Le pregunté si la frase venía ya estándar en el reverso de la tarjeta o si ella había pedido que estuviera eso escrito, y me respondió que ella las había mandado a hacer así, que quería poner un mensaje. Una vieja sencillísima, rompiéndose el tujes en un taxi todo el día, cuando otras de su edad tejen crochet y se quejan de que se rompieron toda la vida y mirá, no tienen ni para pagar la yerba del mate, que si no fuera por los hijos que ayudan, mire...

Me interesó la señora, así que me puse a charlar con ella en vez de boludear con el twitter. El tráfico estaba terrible así que tardamos casi media hora para cruzar las veintipico cuadras del trayecto.

Amalia es separada y con tres hijos. Dos grandes, recibidos, y una de 18 que empezó la facultad. El ex siempre la ayudó con los chicos mientras tuvo un buen trabajo, pero después cayó en la mala y ella tuvo que parar la olla sola. No tiene jubilación ni nada por el estilo, trabaja porque no le queda otra, y no sólo no se queja sino que lo vive con naturalidad: "hay que trabajar para mantenerse" me dice. Una libertaria. Me sorprendió que, de ámbito proletario ella, dos de sus hijos estuvieran recibidos de la universidad, y una tercera estuviera rumbeada para lo mismo; evidentemente ahí había una cuestión de valores inculcados, así que le pregunté, y efectivamente, ella los había mandado, les había pagado los estudios, y ellos se recibieron en el tiempo previsto y ni un año más. "Y no es barato, Doctor," -me dice doctor aunque ni me preguntó si era, es un token de respeto, y yo se lo devuelvo llamándola Doña Amalia; el respeto, lejos de distanciar como algunos giles pretenden, es un reconocimiento explícito del valor que uno le asigna al otro, y que acerca, y que se puede entregar con cariño, como en este caso- "no es barato. La del medio ahora hizo un posgrado en una universidad privada, le salió 5000 dólares el semestre; y el mayor un Master que le salió, completo, 20.000 dólares, que se lo pagó porque tiene un buen trabajo en un banco local. Tener esos cursos es una garantía de que uno consigue un buen trabajo, Doctor. Ahora se le vence el contrato a mi hijo, espero que consiga algo bueno." "Me imagino, Doña Amalia, que debe estar orgullosa de sus hijos". Me dice que sí, pero que espera que ya la menor se reciba, así ella ya queda libre de gastos y puede poner un auto más a trabajar (está esperando una plata de nosequé) y así retirarse, "y hacer unas inversiones, Doctor, porque así una puede descansar." Le pregunté si los hijos la ayudaban, y me parece que le sonó extraña la pregunta, como que ni era para considerar. "Con que no me hagan gasto, Doctor, estoy contenta, yo me manejo; con que pueda usar mi plata para hacer mis inversiones y retirarme estoy bien."

Me inspiró la vieja. Era un contraste bestial con la ética del no-trabajo, con la ética de los "derechos", con la ética de la queja, de la denuncia, de la impotencia a la que tan acostumbrados estamos en Argentina. Una señora mayor, perdida en un coche en la noche Bogotana, llevando desconocidos a todos lados, era un farito de decencia y de laburo que contagiaba su decencia y sus valores a su prole.

Está de más decir que ya la "contraté" para que me vaya a buscar estos días que vienen, y para que me lleve al aeropuerto cuando me vuelva. Como les decía, el respeto es una de las formas del cariño, o en una de esas al revés, no sé.

20 comments:

  1. Muy bueno, JL. Sigo creyendo que, como dice Winston, “If there is hope, it lies in the proles”. Por lo menos en Argentina. Porque si esperamos algún tipo de reacción de la gran clase media acomodada nacional, popular y progresista mejor poner un almohadoncito cómodo y sentarse bien empoltronados.

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  2. No me lo pongás a Winston de ejemplo, que le fue como el tujes :P.

    Pero sí, es así.

    No sé si nos quede resto moral, Louis, espero que sí. Son tiempos oscuros.

    JL

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  3. JL, algún resto de decencia debe quedar, pero no solo no hace masa crítica, sino que es visto del mismo modo despectivo en que es vista esa condición necesaria para reconocer al otro, el respeto.

    Muy bueno el post, nos trae de regreso una mirada aqui perdida.

    Si bien la decadencia de la Argentina lleva décadas y décadas, es quizás apenas en las últimas 3 generaciones donde el trabajo como sostén no solo material, sino moral, se fue diluyendo.

    Marchamos a todo vapor hacia el iceberg, y en cubierta, mientras vemos Tinelli en el LCD, reclamamos un nuevo feriado.

    Trabajar ? Trabajar es de derecha.

    JL, nuevamente gracias por el post, es bueno refrescar algo tan valioso como el trabajo, el lugar por donde realmente pasa la dignidad.

    Saludos, Martín.

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  4. Muy bueno post JL, excelente.
    Y sí, en estas décadas pasadas de decadencia una de las cosas que se extraña es el respeto debido a quienes lo merecen.
    Crisis de valores que van desapareciendo del país, y lo digo con tristeza ya que no veo como podamos recuperarlos.

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  5. Martín, gracias por tus gracias.

    Alecleamas, Martín, ya no se van a oir anécdotas como aquellas de la nena o nene que la (o lo) mandaron a la escuela a devolver lo que le "había regalado Evita" porque a esa familia nadie le daba nada que no se hubiera ganado con el trabajo.

    JL

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  6. Gracias JL,leer esta experiencia que has vivido,refresca un poco la poca espectativa que aún me resta de encontrar humanos que se hagan cargo de su futuro,sin quejas.
    Por aquí ,en el país donde se ve aplaudir las mentiras por cadena nacional,sería bueno encontrar unas docenas de Amalias para ir estirando la esperanza de vivir un futuro,
    razonable...

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  7. que lindo post!! qué buena mirada JL para descubrir el valor al paso... que´apertura de corazón para darle tiempo y prestar atención... muy buena Doña Amalia y muy bueno JL!!!
    (qué suerte han tenido esos tres chicos de que les tocara esa madre...)

    Anoche fui a una de las funciones del Portlan International Film Festival a ver "Patagonia".. me gustó la película (a los hombres les pareció aburridísima) sobre todo por mostrar tantas cosas que son íntimas mías en un lugar tan extranjero... Uno de los hombres del grupo (americano él) comentaba que sus dos hijos en la universidad están trabajando.. y una madre preguntó: "pero por qué, si vos les pagás las universidad, no necesitan trabajar?" y él comentó que si bien él les pagaba la universidad quería que sus hijos aprendieran a trabajar bien desde ahora... inmediatamente pensé: será que puedo enganchar uno de estos chicos con mi hija?? jajajaja... pero van a salir buenos...

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  8. Chori, hay ejemplos (sin ir más lejos, la señora que nos ayuda con las tareas de la casa una vez por semana ABORRECE a la yegua y sus "ideales", es una mina que se mata laburando), pero vaya uno a saber si hacen masa crítica.

    Dolores, gracias! Y no sabés lo que te entiendo con la anécdota que pusiste.

    JL

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  9. Un excelente post, JL. Y una verdadera lección de vida lo de Doña Amalia.

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  10. Muchas gracias, don Enmasca. No se puede esperar menos que gentilezas (inmerecidas) de Ud.

    JL

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  11. Espectacular el post, y m uy lejos de los que es la actual argentinidad, salvo casos aislados.

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  12. Me encantó la historia, gracias por compartirla.

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  13. Muy bueno, a mi estas cosas me emocionan, la gente que labura para que sus hijos esten mejores que ellos. Gracias.

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  14. Depre, Coki, muchas gracias.

    Massa, a mí me emocionó escribirlo, la parte final especialmente, los dos últimos párrafos. Va en serio cuando digo que la vieja me inspiró.

    JL

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  15. @JL, vivi situaciones mas o menos asi cuando asesoraba a gente que quería hacer pequeñas inversiones.

    Dos cosas me dejaban siempre conmovido:

    1) El empuje de la gente de generar ideas, progresar, dar trabajo, hacer productos de calidad, trabajar con honestidad a pesar de la enorme aplanadora que es el Estado argentino.

    2) La capacidad de daño que tiene el elefante en el bazar y cuánto cuesta reconstruirlo luego y/o convivir con él metido todos los días en tu cocina.

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  16. Coki, muy fuerte, y es un tema riquísimo además de inspirador.

    ¿No te animás a contar al menos alguna de esas historias, y la subimos al blog?

    Creo que mi email está en mi perfil.

    JL

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  17. Dale!
    Escribi una y me quedo larguisima y horrible, ademas de que no tengo mucho tiempo ahora.

    Pero te mando.

    A mí me impresiona mucho cómo el Estado está diseñado para poner trabas y hacer imposible el progreso. Y aun así, la gente intenta progresar.

    Algo que pensaba estos días es que los países de izquierda son el mejor ejemplo de que Smith tenía razón. La generación de riqueza general a través de la búsqueda del bien en particular es enorme. Fijate en el mercado negro en Cuba o Venezuela o la gente trabajando en negro (o sea, en libertad), escondida, generando riqueza intentado lo más posible que nadie se dé cuenta.

    Y, por supuesto, luego Cristina se adjudica sus logros.

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  18. "-me dice doctor aunque ni me preguntó si era, es un token de respeto, y yo se lo devuelvo llamándola Doña Amalia; el respeto, lejos de distanciar como algunos giles pretenden, es un reconocimiento explícito del valor que uno le asigna al otro, y que acerca, y que se puede entregar con cariño, como en este caso- "

    Ya había comentado en este post, pero mi comentario y todos los que siguieron focalizaron en la ejemplar historia de esfuerzo y carácter.

    JL, creo que de este párrafo podrías explayarte un poco más en otro post. Es muy interesante la relación entre respeto, valor y afecto que planteas.

    Saludos, Martín.

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  19. Lo del tratamiento de doctor por parte de los taxistas también ocurre en Venezuela y, creo, se aplica a cualquier persona de raza blanca que viste traje y corbata.

    Cuando vivía en Caracas he tomado taxis de traje y era doctor, subía en camisa o remera y me decían señor. Curioso.

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  20. ciudadano del ocote del mundoFebruary 13, 2012 at 6:20 PM

    Este blog es un descanso para el peregrino que siente que está a contramano del mundo.
    Es estimulante saber que hay ente que piensa en térmiinos generales como uno y poder hacer algún comentario sin que lo agredan o lo tilden de cipayo y esas cosas.
    Gracias.

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