Feb 6, 2012

Liberalismo de Estado.


Guillermo Moreno quiere estar a la moda. Y en un delicado equilibrio entre su actual misión de custodiar los dólares que salen del país y, al mismo tiempo, controlar los precios internos de la economía, el secretario de Comercio Interior comenzó en las últimas semanas a presionar a empresas de indumentaria con el objetivo de lograr rebajas -o de impedir subas- en sus productos para, a cambio, abrirles con cuentagotas la importación de parte de su mercadería.
Moreno controla y regula todo de la manera más total y en su control quiere inducir algo que se produce por falta de control y regulaciones. Final y paradójicamente, desde la más absoluta regulación estatal, se pretende obtener lo que el libre comercio y la apertura económica liberales consiguen por si solos: el poder conseguir bienes a bajo precio o, mejor aun, el poder conseguir que bajen los precios de los bienes.


Precios bajos a cambio de permiso de importar. Pero en vez de darse libremente , regulados por el Estado.

¿Tanto keynesianismo para terminar como si fuera liberalismo?

No faltaran quienes dentro de 10 años hablarán de las "medidas liberales" de Moreno e, incluso, aquellos que le achaquen la caída del modelo a esa falta de ortodoxia keynesiana. La culpa es siempre del liberalismo.

Patético. Las curiosidades del ajuste fino.

3 comments:

  1. Para saber cómo sigue la cosa en Argentina no tienen más que mirar a Venezuela.

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  2. Sì, terrorìfico: acabo de mirar en la pàgina "Bajauncambio", un videìto donde una valiente diputada habia "osado" interrumpir al mono con navaja durante su discurso (para ese momento llevaba "solamente" 8 horas). Vèanlo, no tiene desperdicio: la respuesta del gorila y los aplausos de la corte.
    Asì estamos.
    Y nosotros hoy otra vez a ver a la payasa hablando de Malvinas.
    Todas las semanas una cadena nacional, con alguna tomada de pelo nueva.
    Hasta cuando, pero hasta cuando, por Dios!!!!!
    Emma Peel

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  3. Hasta que se les acabe la guita, querida Emma, hasta que se les acabe la guita.

    Entonces vendrá otro, y con un poco de suerte, alguna buena cosecha, juntará unos billetes y vuelta a empezar.

    El otro del que le hablo, no se como se llama, pero será el que nos hará en 2, 3 años extrañar a los que se fueron.
    Si, hoy resulta impensado extrañar a estos, pero tenga fé, tenga fé, ya vendrá.
    Esto es Argentina.

    Saludos, Martín.

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