Hace tiempo que vengo con una mala sensación:
Hace un poco más de treinta años, cuando eramos jóvenes, mis amigos y yo teníamos ciertas posiciones en el mundo. Estábamos en contra de determinadas cosas, no estábamos de acuerdo, nos jodían la vida. Hoy en día veo que mis amigos están haciendo esas mismas cosas, asumiendo esas posiciones. Y no hablo de mantener posiciones juveniles, de que ellos crecieron y yo no, es justamente lo contrario.
En general el asunto no es tan sencillo de captar y de describir. Porque no se trata de hacer exactamente lo mismo, sino de hacer otras cosas, pero que dan como resultado lo mismo; y que colocan a la persona en una misma posición de la criticada, aunque su actuación sea distinta.
Cortamente explicado: Pensaba yo que, cuando eramos jóvenes, mis amigos y yo podíamos terminar en un campo de concetración. Hoy en día son mis propios amigos los que podrían llevarme al campo de concentración.
Es una metáfora, pero bastante directa, de lo que esta pasando con el kirchnerismo.
Lo que me conmocionó hoy está relacionado con esto. Aquí el asunto es de una transformación que termina en los mismo, pero que toma el carácter de una repetición, una similar y siniestra repetición.
Estoy leyendo las cosas relacionadas con Malvinas. No puedo creer que se hablen de las mismas cosas, que surjan los mismos modos, las mismas posiciones, todo prácticamente igual que hace treinta años. Parece una exageración, una boutade, algo propio de paranoicos, pero si la Argentina no hubiese destruido a sus fuerzas armadas estaríamos frente a un conflicto de características bélicas. Y con el fin de tapar una situación económica que aparece como muy difícil, sino desastrosa. Y la falta de ideas para salir adelante y mantenerse en el poder político.
Suena descabellado, pero viendo los discursos, posiciones actuales, y habiendo vivido aquella época se tiene una sensación muy extraña. No de flash-back, sino de loop temporal: Hemos caído exactamente en la época de la decadencia de la última dictadura militar.
Ya lo plantee en algún comment, con respecto al tema económico: ¿No les parece que esta fase del kirchnerismo se parece al final del gobierno de Galtieri, antes de Malvinas? Y hacía referencia al tema de la crisis económica, de la "economía de guerra", como se utilizó la idea y la expresión -hasta por Alfonsín. Decía yo, que la situación económica actual, más que parecerse al '89 o al 2001, se parece al final de la dictadura, cuando todavía no se sabía que ese era el final, antes del manotazo desesperado de Malvinas.
Y cuántas veces que estamos diciendo ultimamente que este gobierno, en muchas cosas se parece a la última dictadura militar. En lo económico se trata de un dirigismo y un control tan ferreo y de una obediencia ciudadana prácticamente igual, aunque los medios y las circunstancias sean otros.
No es exactamente igual, nunca podría serlo, el mundo y el país han cambiado mucho en el intermedio. Justamente son estas diferencias las que resaltan más el parecido. Que no es, precisamente, de datos objetivos, de cosas, sino de conjunto, de situación.
Estamos en la misma situación política y económica -y tal vez cultural- que hace treinta años.
Sí, ya lo sé: La historia sólo se repite como farsa. Para quien la lee, quien la contempla en la lejanía del tiempo o la distancia. Para quien la vive, las dos veces es tragedia. Tragedia repetida.
Excelente post, DF. Resume muy bien la sensación que me queda a la distancia. En una de esas la Argentina está condenada a tener que volver a recuperar las instituciones democráticas cada tantas décadas.
ReplyDeleteExcelente. Tristísimo.
ReplyDeleteMaria
Mi idea es que la situacion es peor a la de esa epoca, porque cuando cayo el gobierno militar tenias al sistema politico de partidos esperando en la gatera.
ReplyDeleteAhora no hay nada, solo el abismo.
Yo cuando hablo con mis conocidos y familiares, acerca de que estamos bajo un sistema totalitario del que va a ser muy difícil salir y que el futuro próximo va a ser muy complicado, me miran como loco. Ojalá yo exagere. Parece que habrá que esperar hasta que haya campos de concentración y/o exterminio...
ReplyDelete!Bien!
ReplyDeleteLa dinámica del totalitarismo señala siempre hacia esa distopia. Es que el colectivismo sólo cierra con más fuerza bruta y radicalización o brutal imperio de la necesidad, en una apoteosis del juego Suma0 o dialéctica del Amo y el Esclavo, porque la riqueza, finalmente se acaba y (los Amos)son incapaces de crearla.
Excelente post y comentarios. Comparto, seguramente por tener edades parecidas, esa sensación de finales del Proceso. Y como guardo además una memoria familiar de ignominia por el aparato totalitario instaurado desde 1943, extiendo a casi 70 años esa sensación de revulsiva repetición.
ReplyDeleteHabrá que resignarse a lo que decía Borges (cito de memoria, muy imperfecta): "Algunos dicen que Argentina ya ha tocado fondo en su caída, por lo que sólo le restaría volver a la superficie. Pero como el espacio es infinito, yo creo que la Argentina seguirá cayendo, infinitamente."
Gus VF
Freeman, excelente y tristísimo. La historia se repita más como ficción que como farsa: una ficción de democracia constitucional. No me hace falta chuparte de noche sin que me vean, me alcanza con aprobar y enrostrarte la ley antiterrorista.
ReplyDeletehttp://www.youtube.com/watch?v=yyeKYQdYISg
ReplyDeleteArgenlandia predicha setenta años antes.
Borges también recurría a los laberintos y espejos y, a veces, siento que los espejos son infinitos y de mala calidad y van distorsionando las imágenes mientras uno está en el laberinto.
ReplyDeleteCada vez la imagen se deforma, se deteriora y se difumina hasta que los reflejos se vuelven caricaturas de lo que fuimos y nos muestran lo que seremos sino rompemos los espejos y salimos del laberinto.
Si bien el discurso publico en Argentina nunca es muy racional, en lo que se refiere a las Malvinas, se vuelve completamente irracional
ReplyDeleteSi el pueblo o los políticos de los demás partidos, hubieran evolucionado en más de treinta años, la farsa de Cristina no pasaría de ser eso.
ReplyDeletePero, sin embargo, y con solo una que otra excepción como la de Fernando Iglesias, todos han repetido las mismas cantinelas de educación escolar tipo Billiken.
Mayoritariamente se habla de la trágica aventura como "Gesta de Malvinas", y se distingue entre que la haya emprendido "la dictadura", y la "legitimidad de la causa", la "causa nacional".
No se han escuchado voces con la mínima racionalidad. Sólo lo mismo, los mismos cliches del mas rudimentario nacionalismo infantil.