De carteles y gobiernos.

Una vez en un seminario de economía me explicaron porqué los carteles (esa gente mala que reune y conspira para tener atrapados a nosotros, pobres consumidores) no duran: alguien siempre quiere más y saca los pies del plato.

Dicho en criollo: Supongamos que los opinadores del blog nos ponemos de acuerdo para vender el producto X a un precio Z, dividiendo los lugares de explotacion respectivamente y ustedes, lectores, son nuestro mercado cautivo. Pero dado un cierto momento, alguien quiere maximizar sus ganancias porque simplemente quiere más guita en el bolsillo para contentar a la patrona o tomarse una semanita en Punta Cana, entonces baja el precio a (Z-10) por ejemplo, para vender en mayor cantidad, y empiezo a quitarle clientela a los otros opinadores de sus respectivas plazas. Entonces se arma la gorda. Pelea de precios, y porque no, de tiros. Todo porque alguien se las quiere tomar.

Ahora extrapolemos, y supongamos que las ganancias son poder, y los opinadores son politicos, asi como el ciudadano de a pie es nuestro mercado acorralado. ¿Qué politico no quiere maximizar su poder? Más allá de que tenga la vida resuelta (70 palos en el banco y más propiedades que el aloe vera). Cuando alguien quiere abandonar el barco, el resto de la mafia ¿no va a buscar defenestrarlo aunque en tiempos mejores hayan sido culo y calzon? Pedido de explicaciones, acorralamiento, corte de guita girada, aprietes y chicaneadas en cadena nacional se vuelven moneda corriente para el desertor. Como le pasa a Tessio, al final de la primera película de la saga "El Padrino"

Bueno, esto le está pasando a Danielito Scioli.

BTW, creo que es una manera estupenda de ir tapando lo de Aimé.