Toda esta situación
político-económica que estamos viviendo tiene un aire muy extraño. Mezcla de
fin del Proceso, fin del alfonsinismo, fin del menemato. Fin.
Lo curioso es el clima. Hay como
un tiempo suspendido. La caída vertiginosa que es vivida en cámara lenta. La
persona que tiene una situación especial y siente que los demás, alrededor, se
mueven rápidamente y él está en un tiempo congelado, a pesar de moverse más
rápido que todos.
Siempre pasó así en la Argentina.
Se estanca, tiene un estertor y desbarranca. Son los tres tiempos de la
decadencia de todos los regímenes -por lo menos de los que yo he vivido.
El tiempo del estanque es el que
estamos viviendo. El estertor y el desbarranco son violentos y rápidos. Los
tiempos de la reconstrucción son exigentes y esperanzadores. El tiempo del
estanco es angustiante. Se flota sin ir a ningún lado, sabiendo que uno está
contenido en un dique que va a colapsar. Que uno será arrastrado por una
corriente vertiginosa, sin poder direccionar su destino, controlar los propios
movimientos, que irá a parar a donde se lo arrastre; y que tendrá que luchar duramente por sobrevivir entretanto.
Después, no se sabe dónde, no se
sabe cómo, uno tendrá que reconstruirse, si puede.
Vemos venir la tragedia. Una vez
más. No está en nuestras manos evitarla. El resto del mundo se mueve en su
cotidianeidad, como si nada pasara. Nada pasa en realidad. Todo está por pasar.
Lo raudo, lo desconocido, lo inevitable; lo que nos arrasará.
Es total y terriblemente así.
ReplyDeleteGracias por expresarlo tan claramente.
Qué buena descripción Don Freeman, excelente.
ReplyDeleteEs la sensación de un choque violento próximo y no poder hacer nada.
Espectacular.
P.D.: DF: algo que ver con el nuevo embajador británico? algún puestito en la embassy?
Tropezar mil veces con la misma piedra.
ReplyDeletePero nunca caìmos tan bajo.
ReplyDeleteNo veo dònde encontrariamos la salida, està todo devastado, es un caos.
Dìganme que me equivoco, plissssss!!!
Emma Peel
Una prosa impecable, Don Freeman!
ReplyDeleteQue próximo gobernante o gobernanta nos hará extrañar a los Kirchner o Kirchnera?
ReplyDeleteExcelente descripción.
ReplyDeletePor un tema de edad, no he vivido tantos de esos ciclos de los regímenes en nuestro país, pero era evidente que esto iba a pasar.
Lo que no me entra en la cabeza es cómo hay tanta gente que acompañe estos mesianismos, como si ellos fueran a quedar inmunes al desastre que se ve venir desde hace años.
Lo que me cora son ellos los que me complace esta vez es que ahora serán ellos los que tengan que enfrentar la debacle.
Su caída va a ser estrepitosa. Y la voy a disfrutar mucho.
Salvando las distancias... la mucha distancia… ¿vieron esos documentales en los que miles de judíos caminan en fila hacia las cámaras de gas? Y uno se asombra de que no se rebelen, de que se resignen, de que con fatal mansedumbre acepten su destino final.
ReplyDeleteSiempre me costó entenderlo, aunque en estos últimos años, bastante menos. La rana no saltó de la olla.
Gus VF