Le propongo el siguiente test: usted gana $ 10 mil pesos y gasta nueve mil. Lo que gana le alcanza para vivir y hasta puede ahorrar mil pesos. Suponga que alguien le ofrece 15 mil para hacer el mismo trabajo en otra empresa. Usted se dirige a su empleador y le plantea que, o le aumenta el sueldo a $ 15 mil, o se va, y su empleador le responde: “¿Por qué te voy a aumentar el sueldo, si con lo que ganás te alcanza, y encima te sobra el 10%?”.
Todo lo demás igual. ¿Usted qué haría, cambiaría de trabajo o no? Apuesto a que respondió que sí.
Bueno, el Gobierno argentino intenta hacer lo mismo que ese empleador ficticio: para los hacedores de política económica, las empresas no tienen que maximizar sus ganancias, deberían conformarse con ganar “lo suficiente” y entregar el resto al Gobierno, a los consumidores, o a otros empresarios que usan su producto o servicio como “insumo crítico”.
Tiene una lógica incomprensible, se parece para mí al gusto por el Estado de Bienestar.
ReplyDeleteComo yo lo veo, el estado de bienestar es un contrato a ciegas donde un individuo entrega al estado todo su ingreso excedente, y ese estado le devuelve una promesa vaga de que va a responder por todas sus necesidades.
Al individuo le queda para lo justo: pagar el alquiler, comprar comida y desodorante, y todo el resto se lo debería proporcionar su estado.
Pero
Si no es satisfactorio lo que recibe a cambio:
1 No tiene ninguna forma de accionar contra nada (no tiene mucho caso ir a pedirle al estado otra calidad de educacion pública, o salud pública o seguridad o o)
2 No le quedan recursos para procurarse alguna de esas necesidades en forma alternativa (la educacion privada es para muy pocos, por ejemplo).
Pero tiene la ventaja de que nos jodemos todos de igual manera, padecemos todos las mismas limitantes.
Yo no firmaría nunca un contrato así con ningún estado, no lo haría con el estado sueco y menos que menos que menos con el estado argentino. Pero evidentemente debo tener algún problema yo, porque todos estarían encantados de vivir así.