May 22, 2012

Todas estas propuestas de los funcionarios del régimen kirchnerista y los apoyos que generan entre los argentinos de a pie quedan mucho más claras si tenemos en cuenta que se hacen en todos los casos con la idea de que aplicarán a los demás, nunca a los que las hacen ni a los que las apoyan.

Cuando un funcionario del régimen kirchnerista dice que en Argentina no se puede comprar dólares y millones de argentinos de a pie le dan la razón, en realidad te están diciendo que en Argentina el que no puede comprar dólares sos vos. Ellos sí.

3 comments:

  1. No hay que descartar a "nuestro típico argento resentido y socialistoide que busca igualar para abajo" (NUTIPARESOIGAB. La sigla tampoco ayuda.) que se regodea en ver como los demás tienen tan pocas oportunidades como él. Este sujeto es feliz, el infeliz, cuando todos son pobres como él, que no puede generarse un mínimo de riqueza para sí mismo.
    El kitchinetismo gobierna para la gente así. No sólo le da sustento material, también le cumple su realización que, al no poder ser ninguna por su carencia de capacidades productivas, es que todos sean tan pobres como él.
    Esto es el socialismo -de izquierda o de derecha, la misma m...-. Por eso apoyan al Estado y les permiten a la casta política los robos. Porque les cumplen el sueño de que la gente con capacidad se eleve mucho más alto que ellos. No, si la gracia no es mejorarse uno en la medida de sus posibilidades, aunque sean pocas, la gracia es que no haya nadie mejor que uno para hacerte ver la diferencia.
    Los K y todos los peronistas son los grandes discapacitadores generales de Estado que sirven al ideario de todos los mediocres resentidos que los votan.

    No habrá individuos, todos serán absorbidos por la masa.

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    1. Me hace acordar a las palabras de Toohey cuando se sincera con Keating, todos esclavos de todos los demás. La mediocridad como soberana suprema. 'Que para otros sea el Cielo, aunque mi lugar sea el Infierno', decía un personaje de Borges, pero el argento es tan mísero que desea arrastrar a todos con él. Se asemeja a los condenados de Swedenborg, que rechazan la salvación por propia voluntad, se saben malvados y no desean compartir la gloria. Que sociedad enferma, lástima nosotros, que tenemos que soportarlos.

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  2. Poner una foto de una señorita con ese relieve, en un balcón con vista a la torre Eiffel, se da patadas con el contenido del post.

    Con una señorita así y en París (o en cualquier otro lugar del mundo) se me ocurren bastantes otras cosas en las cuales emplear mi tiempo...

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