Confieso que me acordé de este posteo de Jorge Ávila mientras leía un artículo de opinión acerca de lo que puede implicar para México el retorno del PRI al poder mediante elecciones libres y sin "dedazos".
Me quedo con esto, entre otras cosas, como muestra de lo que puede lograr la "importación de instituciones":
"(…) El contexto externo también ha cambiado. México hoy se halla inmerso en una verdadera maraña de acuerdos de libre comercio, con cláusulas contra la corrupción, democráticas y de respeto a los derechos humanos, laborales, ambientales, de género, indígenas, etc., que no pueden ser desconocidos o menospreciados por capricho (…)."
"(…) La integración económica, social, cultural y geopolítica de México a América del Norte, y su creciente apertura al mundo entero, ha generado una mirada externa diferente. Ya no es la fascinación con la cultura, la historia o las playas mexicanas: es el examen riguroso, a veces arrogante e injerencista, de los derechos de propiedad, de la probidad de las instituciones, de la transparencia de las empresas públicas y privadas, de la seguridad de las personas, de la libertad de prensa, de la rendición de cuentas. El caso Walmart y la denuncia de sus repetidos ejemplos de soborno a autoridades locales, denunciado en tres planas enteras por The New York Times, es emblemático: ni el diario, ni la SEC, ni los accionistas de la empresa más grande del mundo se interesaban antes así por México, o ahora por otro país. (…)"
Estamos hablando de un país que sufrió durante 71 años una "dictadura perfecta", como alguna vez lo definió Mario Vargas Llosa. Una suerte de peronismo llevado a la perfección, como lo fue el PRI, con "dedazos" incluidos para elegir candidatos a presidente.
Andrés
Muy interesante, Andrés. Espero que sea así. Los acuerdos internacionales no garantizan nada, pero sin duda hacen más costosas las locuras.
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