Insisto: Por una rara torsión, como un agujero de gusano histórico, una especie de mundo paralelo coincidente, etc.: Son la versión civil del Proceso.
El triunfo tardío del socialismo setentoso en un mundo distinto, que no le permite la expresión máxima de su totalitarismo. Pero es eso.
Y sí: muchichichísima gente, de toda edad, condición, rango y jerarquía, apoya eso, es su ideal.
Además: Es prácticamente total la carencia del concepto de Ley y de Derechos Individuales en los argentinos.
La ley es lo que transitoriamente se sanciona como tal. Los derechos te los otorga el gobierno
Y sí: Si mañana se vota mayoritariamente cargarnos a los judíos o a los pilagá, nos los cargamos. Lo dice la ley que votó el Congreso.
A lo sumo te dirán que no, que es una bestialidad hacer eso, porque lo "sienten" como una bestialidad, algo que no puede ser hecho. Pero no te pueden dar una argumentación jurídica para que no sea hecho. No tienen idea.
El argentino es entregado naturalmente a las manos del Estado.
Lo peor es la creencia y la confianza en la bondad inherente del Estado.
Allí en donde los Padres Fundadores desconfiaron del Estado, el argentino cree absolutamente en su benevolencia.
Por eso la insistencia en el Estado. Y la resignación del poder individual en el mismo.
Lo que más impresiona es lo cómodos que se sienten amplios sectores de clase media con este tipo de país. Deja serias dudas sobre el futuro.
ReplyDeleteParfreaseando a Von Clausewitz:
ReplyDelete"El Kirchnerismo es la continuación del Proceso por otros medios."
No, Klaus: Es la versión de la izquierda de un gobierno totalitario, al que se arriba por y se le da una cobertura democrática.
DeleteEn Argentina sufrimos una dictadura bestial de la derecha, el Proceso, y quedamos vacunados. No quisimos saber nada más con esa historia.
¿Necesitamos sufrir una dictadura de izquierda tardía, aguada, para no querer saber nada más con eso? ¿Tiene que haber un gobierno de izquierda que destroce al país y lo colapse para no querer "nunca más" algo similar?
La seducción por las ideas de izquierda ¿no pasa por el hecho de que no se vivió en carne propia el profundo destrozo que le hace la izquierda radical a un país?
Y de todos modos, veinte años después hay gente que siguió reclamando por los militares ante distintos problemas, y añorando esa época.
Paises como Polonia o la República Checa, que sufrieron ambos despotismos la tienen muy clara; saben que no queda otra que el vacilante camino de la democracia republicana.