Jul 9, 2012

Es muy probable

Que se trate de la primera vez en su vida política que a los Kirchner les toca administrar la escasez, es decir, gobernar si caja. Va a ser muy interesante:

Doña Cristina Fernández de Kirchner y las fuerzas intelectuales afines huyen, como de la peste, del término ajuste. La bonanza (selectiva) provocada por los inéditos precios de los alimentos exportables, sumada a una política económica ciertamente creativa y constitucionalmente hereje, relevó hasta aquí a la Presidenta de la penosa tarea de arbitrar sacrificios.

Aquella bonanza -que, como sabemos, no benefició a todos los argentinos-, hizo nacer en el vértice del Poder la ilusión de que la Argentina había descubierto la piedra filosofal y animó a la Presidenta a exhibir ante sus pares del mundo y con orgullo setentista, un modelo que solo producía bienestar y distribuía felicidad para todos.

Sin embargo, las notorias dificultades económicas que experimenta buena parte del mundo, sumadas a decenas de decisiones locales, erróneas unas e irresponsables otras, han puesto a doña Cristina Fernández de Kirchner ante deberes cuyo ejercicio genera tensiones y costos políticos y sociales.

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