Aug 20, 2012

Para darse una idea de cómo funciona la mente colectivista y la dinámica de la política partidaria

Anoche en el debate, a Charest lo acusaban simultáneamente de ser responsable de un aumento del déficit y de la deuda de la provincia y de no gastar lo suficiente en temas como salud, educación, infraestructura, medioambiente y demás.

Me hizo acordar a lo que se dice de Menem en Argentina.

8 comments:

  1. El gasto es inflexible a la baja...

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  2. Son simplemente el reflejo del país, luego de la alfonsicracia, 80% de la población quería la privatización de los servicios, ahora 80% quiere la estatización.

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    1. Hablar de estas cosas con los argentos es como lanzarse por una cinta de Moebius.

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  3. Los zobis no podrán nadar...

    Pero tampoco se ahogan!!!

    http://alturl.com/kqie2

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  4. "80% de la población quería la privatización de los servicios"

    No es el recuerdo que tengo de los 90, las privatizaciones se hicieron con la misma "contra" de siempre de la gente y la prensa en apoyo a los gremios..las constantes criticas a los ajustes de tarifas de entel, la huelga de los operadores de entel...

    Yo creo que solo las aceptaron como quien toma un remedio feo porque no queda otra alternativa

    salute
    Francisco

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    1. Ésa es exactamente mi impresión, las reformas promercado de los 90 se hicieron a regañadientes, porque no quedaba más remedio, con la oposición de enormes sectores, propios y extraños, muchas veces a pesar de Menem. De haberlo planteado como épica revolucionaria o proyecto fundacional – como se hace con el kirchnerismo - se te hubieran defecado de hilaridad en la cara.

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  5. No sé si el 80%, pero en un porcentaje considerable de las clases medias de aquel momento sí hubo consenso y sí se instaló una ‘épica’ comunicacional para instaurar un ‘nuevo’ modelo, que para eso el peronismo es especialista. Muchos liberales creyeron (y parecen seguir creyendo) que es posible aplicar políticas de libre mercado a través de un régimen fascista, corrupto y mafioso, disociando medios y fines. La resistencia fue mucha, pero no sólo de los sectores de mentalidad estatista, sino también de los que veían que el problema no era el ‘qué’ sino el ‘cómo’ se implementaban esas medidas, la mayoría ellas contrarias al propio espíritu liberal que decían defender, lo que se tradujo en una realidad bien descripta por A.B.Lynch (je, je, otra vez…) “en aquel período el equipo gobernante estaba rodeado de seudoempresarios, de barones feudales, de cazadores de privilegios, de prebendarios que buscaban mercados cautivos, exenciones fiscales, protecciones arancelarias y todo tipo de privilegios que son el antimercado y el antiliberalismo” (igual que ahora, agregaría yo).

    Así se perdió una oportunidad de reencauzar al país en el paradigma libertario de la Constitución de 1853, prostituyéndolo, con un lamentable resultado (que es lo que verdaderamente importa, ¿no?): “si analizamos lo que ocurrió durante el ‘menemato’ en la Argentina encontramos impunidad, destrucción de la división de poderes, reformas constitucionales para reelegirse, aumento de la deuda, del déficit y del gasto. Muchos dicen entonces: si es eso, el liberalismo es una cloaca y quiero cualquier otra cosa.” (A.B.Lynch). Aquello fue el pasto para que el peronismo volviera a encauzarse socialmente como proyecto totalitario en el s.XXI.

    Abominable aquella época para los que creemos que no hay libertad sin responsabilidad ética, que es lo que está implícito en la famosa frase “el liberalismo es el respeto irrestricto al proyecto de vida del otro”.

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