Para los imbéciles que todavía sueñan con el colectivismo.
Aleksandr Isáyevich Solzhenitsyn (en ruso, Алекса́ндр Иса́евич Солжени́цын) (Kislovodsk, Rusia, 11 de diciembre de 1918 – Moscú, Rusia, 3 de agosto de 2008) fue un escritor e historiador ruso, Premio Nobel de Literatura en 1970.
Hijo de un terrateniente cosaco muerto poco antes de que naciera y una maestra, pasó su infancia en Rostov del Don y estudió en la Universidad de esta ciudad matemáticas y física; ya entonces intentó publicar algunos trabajos.
Se graduó en 1941 y empezó a servir ese mismo año en el Ejército soviético hasta 1945, en el cuerpo de transportes primero y más tarde de oficial artillero. Participó en la mayor batalla de tanques de la historia (Batalla de Kursk) y fue detenido en febrero de 1945 en el frente de Prusia Oriental, cerca de Königsberg (hoy Kaliningrado), poco antes de que empezara la ofensiva final del Ejército soviético que acabaría en Berlín. Fue condenado a ocho años de trabajos forzados y a destierro perpetuo por opiniones antiestalinistas que había escrito a un amigo. Lo encerraron en la Lubyanka y los primeros años de su cautiverio los pasó en varios campos, hasta que gracias a sus conocimientos matemáticos fue a parar a un centro de investigación científica para presos políticos vigilado por la Seguridad del Estado. Eso le inspiró su novela El primer círculo. El tema de las penalidades sufridas por los excombatientes de la Gran Guerra Patria, acusados de haber tenido demasiado contacto con el enemigo, aparece también en otros autores soviéticos de la época, como Vasili Grossman.
En 1950 fue trasladado a un campo especial en la ciudad de Ekibastuz, en Kazajistán, donde se gestó Un día en la vida de Iván Denísovich. En 1962, Jruschov, empeñado en distanciarse poco a poco del estalinismo, dio su venia para que apareciera en Nóvy Mir, revista de la nomenclatura literaria; el relato denuncia la vida de los condenados en el Gulag y se convirtió en un best seller; la gente hacía cola para adquirirlo y provocó un debate sobre el estalinismo más grande de lo tolerable, de forma que dos años después se impidió que obtuviera el Premio Lenin y luego fue prohibida, aunque se conseguía por samizdat y otras formas clandestinas de edición. El libro cuenta un «buen» día en la vida de un preso en un gulag.
En la década de los cincuenta el autor trabajaba de presidiario minero, albañil y forjador, y contrajo un tumor del que fue operado; el cáncer se le reprodujo y esa experiencia sirvió de material para su novela Pabellón del cáncer, que terminó en 1967. Un mes después de haber cumplido los ocho años de condena, Stalin había muerto, aunque las penas de Solzhenitsyn no habían acabado.
Aún tenía que cumplir el destierro «a perpetuidad», por lo que fue enviado a Kok Teren (Provincia de Zhambyl) desde marzo de 1953 a 1956, lo que aprovechó para escribir en secreto mientras daba las clases en la escuela primaria. Liberado y rehabilitado en 1956, a Solzhenitsyn se le permitió vivir en Vladímir y Riazán, en el centro de Rusia, donde pudo llevar una vida normal, dando clases de matemáticas y escribiendo sobre sus experiencias en la cárcel. Ese fue el material de su primera novela, Un día en la vida de Iván Denísovich (noviembre de 1962), que fue publicada gracias al deshielo provocado por la denuncia del estalinismo realizada en el XX congreso del PCUS por Nikita Jruschov. Lo hizo el poeta Aleksándr Tvardovski en la revista literaria que dirigía, la más importante de su país, Novy Mir (Nuevo Mundo), y le procuró una gran popularidad en la URSS y fuera de ella. Pero la apertura duró poco y el autor se pasó los últimos años sesenta en un forcejeo constante para poner a salvo del KGB sus archivos y manuscritos, muchos de ellos difundidos por toda Rusia en samizdat, copias rudimentarias clandestinas. Un día en la vida de Iván Denísovich fue prohibida, y el original de El primer círculo, del que el autor había hecho varias versiones, fue confiscado, así como todos sus papeles.
Antes había publicado a duras penas Nunca cometemos errores (1963) y Por el bien de la causa (1964).
En 1969 fue expulsado de la Unión de Escritores Soviéticos por denunciar que la censura oficial le había prohibido varios trabajos, pudiendo apenas publicar las novelas El primer círculo (1968),El pabellón del cáncer (1968–1969) y Agosto de 1914 (1971). El galardón del Premio Nobel de Literatura de 1970 acudió en su ayuda; declinó, sin embargo, ir a Estocolmo por temor a que las autoridades soviéticas no le permitieran regresar y, también, para ultimar su obra más conocida, el monumental Archipiélago Gulag.
La primera parte fue publicada en diciembre de 1973 en París, después de que una copia del manuscrito se perdiera al caer en manos de la KGB en la URSS y su portadora, secretaria del autor, se suicidara tras haber sido torturada. «Con el corazón oprimido —explicó en la primera página—, durante años me abstuve de publicar este libro, ya terminado. El deber para los que aún vivían podía más que el deber para con los muertos. Pero ahora, cuando pese a todo, ha caído en manos de la Seguridad del Estado, no me queda más remedio que publicarlo inmediatamente».
Para escribir esta obra Solzhenitsyn había entrevistado a 227 supervivientes de los campos de trabajo soviéticos o gulags, cuyas identidades protegió con celo. Mezcla hechos históricos y autobiográficos con testimonios personales ajenos y la obra desencadenó un vendaval de ataques al autor en la prensa y los medios soviéticos. Fue detenido y acusado de traición el 12 de febrero de 1974 y al día siguiente se le expulsó de la URSS y marchó al exilio. Fue deportado a Fráncfort del Meno en la República Federal de Alemania y privado de la ciudadanía soviética.
Archipiélago Gulag es un análisis del sistema de prisiones soviético, del terrorismo y de la policía secreta. Con un estilo suelto, alejado de solemnidades melodramáticas y un leve toque irónico que aliviaba la tensión lectora en un laberinto de continuas tragedias, se enumeraban las atrocidades de un Estado enfrentado demencialmente a su propio pueblo casi desde sus inicios. En uno de los momentos de mayor esplendor del gulag, hacia 1936, había unos cinco millones de prisioneros que componían lo que Franz Kafka hubiera llamado «la colonia penitenciaria»; un número que aumentó año tras año hasta la muerte de Stalin, en 1953. En total, entre 1928 y el fallecimiento del «Padre de los pueblos», entre 40 y 50 millones de personas fueron enviadas a cumplir condenas en lo que metafóricamente denominó Solzhenitsyn archipiélago de campos de trabajo repartidos por toda la URSS. Aproximadamente la mitad de ellas nunca regresaron.
Archipiélago Gulag se publicó primero en Francia (1973) y apareció poco después en otros idiomas. Archipiélago Gulag 2 y Archipiélago Gulag 3 fueron publicados en 1975 y 1978respectivamente.
Viajó a los Estados Unidos en 1975 para establecerse allí tras publicar la novela-documento Lenin en Zurich: capítulos, en una casa cerca de Cavendish (Vermont), con su esposa Natasha y sus tres hijos. Ahí se dedicó a escribir dos ensayos El roble y el ternero, fundamental para entender el mecanismo interno de la vida literaria soviética, y El peligro mortal, en el que analiza los errores de la visión estadounidense sobre Rusia. Volvió a su patria a la caída del bloque soviético, recuperando oficialmente la ciudadanía soviética, en 1994. Tuvo allí un recibimiento digno de un héroe, a pesar de lo cual no dejó de ejercer hasta su muerte el pensamiento crítico sobre Rusia.
Sus últimos trabajos son Cómo reorganizar Rusia (1990) y El problema ruso: al final del siglo XX (1992). En 1967 escribió: «No tengo ninguna esperanza en Occidente, y ningún ruso debería tenerla. La excesiva comodidad y prosperidad han debilitado su voluntad y su razón». Proclamaba que Occidente carecía de recursos morales y espirituales para resistirse a su propia decadencia. Dedicó sus últimos años a lo que considera la culminación de su trayectoria, una novela histórica de fondo tolstoiano, La rueda roja, que abarca desde la caída del régimen zarista al ascenso al poder de los bolcheviques. Es una tetralogía compuesta por Agosto de 1914, Octubre de 1916, Marzo de 1917 y Abril de 1917.
En 1983 recibió el Premio Templeton.
En una entrevista publicada últimamente afirma que uno de los principales males de Rusia consiste en carecer de una verdadera e importante administración a nivel local, que pueda fundar una democracia real desde sus cimientos.
En 2006 fue galardonado con el Premio Estatal de la Federación Rusa para la actividad humanística. Hasta su muerte, fue considerado un referente político y moral por la inmensa mayoría de los rusos. Incluso sus detractores admitían la rectitud de su amor por la verdad.[cita requerida]
Solzhenitsyn murió el 3 de agosto de 2008 a consecuencia de un insuficiencia cardíaca en su residencia de Moscú, según informó su hijo a la prensa.1 A la capilla ardiente, instalada en la sede de la Academia de las Ciencias de Rusia, acudieron en masa los moscovitas, para rendirle un último homenaje. Incluso Vladímir Putin rindió homenaje al mayor crítico del régimen comunista. La tumba del escritor se encuentra en el cementerio del monasterio Donskói de Moscú, un camposanto del siglo XVI donde recibían sepultura en el pasado miembros de la realeza. Solzhenitsyn recibiría sepultura al lado de la tumba del famoso historiador ruso Vasili Kliuchevski (1841–1911), como pidió él mismo.
ACLARACIONes NEceSARIAs:
La nota está levantada de la web, no la escribí yo -ignoro el autor, es posible que sea de Wikipedia.
La explicacion de los colectivistas y los utopicos es que se lo merecia por no entender la maravilla que estaban viviendo.
ReplyDeleteY que de gracias que en un rapto de bondad no lo mataron por su propio bien.
Estimado Don Freeman,
ReplyDeleteLa nota denota su sensibilidad sobre los nobles personajes de la historia reciente.
Solzhenitsyn, un ruso que no cabe en la mente de los colectivistas. Escritor cuya realidad personal se confunde con la historia de los personajes y hechos relatados en sus libros.
Recomiendo a los amantes de la literatura rusa leer Pedro el Grande de Leon Tolstoi.
Es largo y pesado, casi como Dr. House.
Más allá de Archipiélago Gulag , hay una obra más reciente que recomiendo y mucho a todo al que le interese el tema, Gulag: A History de Anne Applebaum.
ReplyDeleteContrariamente a lo que uno podría suponer, el sistema era altamente deficitario y luego de la muerte de Stalin -quien al parecer estaba algo obsesionado con el sistema de campos- se disminuyeron tanto la cantidad de Zeks -reclusos- como de campos. Lo terrible del comunismo es que al concentrar tanto poder en la cúspide gobernante permitía que la obsesión de una persona -junto con las necesidades de control de un sistema político ya de por sí altamente represivo- se conviertiera en la pesadilla de millones.
Por cierto, sospecho que Solzhenitsyn no es del todo aceptable para los liberales de paladar negro; era un nacionalista ruso por lo que he leído, y por lo tanto "colectivista" para los puristas.
El nacionalismo es colectivismo y sin comillas por que no es una apreciación subjetiva, es un hecho objetivo de la realidad.
DeleteClap, Clap, Clap, Don Freeman. Me gusta por fin ver un comentario sobre Solyenitzin.
ReplyDeletePara los que en un descanso de Ayn Rand quieran leerlo, cliqueen en http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/Solyenitzin/ElArchipielagoGulag/ElArchipielagoGulag_00.htm.
No se lo puede bajar?
DeleteQue obsesion tiene con la Rand.
DeleteUn personaje muy complejo y con algunas aristas siniestras.
ReplyDeleteMe quedo con Vaclav Havel, toda la vida.
Luis: se puede bajar del sitio http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/Solyenitzin/ElArchipielagoGulag/ElArchipielagoGulag_00.htm
ReplyDeleteMike: Confieso no haber leído a Vaclav Havel (¿vos sí?). Respeto su lucha contra el comunismo y su premio Nobel, pero me gustaría saber cuáles son las "aristas siniestras" de quien, como Solyenitzin, sufrió en carne propia el totalitarismo del "socialismo real".
Nicolás: no tengo ninguna obsesión con Ayn Rand. Si la tuviera, mi intervención en este blog sería menos esporádica. No me interesa discutir con vos; si lees mi blog "Libertades y socialismo", verás cuáles son algunos de los temas que me importan.
Pensando en positivo: ¿para cuándo una aguda crítica al gobierno kirchnerista de parte de los comentaristas anónimos? Al parecer es más importante criticarme -carezco de poder político- que exponer sus posturas sobre las libertades civiles y económicas en Argentina y en el resto del mundo.
Algunas -sólo algunas- frases del "siniestro" Solyenitzin:
ReplyDelete"¿Acaso en nuestro país alguien recuerda, excepto las ratas de biblioteca, que a Karakózov, el que disparó contra el zar, le designaron un abogado defensor? ¿Que a Zheliábov y a todos los miembros de Naródnaya Volia los juzgaron a puerta abierta, sin temer que ello revelara «información a los turcos»? ¿O que a Vera Zasúlich, que disparó — por traducir a nuestra terminología actual — contra el jefe de la Dirección del MVD en la capital del Estado… no sólo no la liquidaron en una mazmorra, no sólo no la juzgaron a puerta cerrada, sino que tuvo un juicio público conjurado (y no una troika), salió absuelta , y se marchó en carroza entre ovaciones?
"Con estas comparaciones no quiero decir que en otro tiempo la administración de justicia en Rusia fuera perfecta. Probablemente, una justicia digna es el fruto más tardío de la más madura de las sociedades… Pero la reforma judicial de 1864 puso a los rusos, por lo menos a la parte urbana de nuestra sociedad, en el camino hacia el modelo inglés".
“…El segundo rasgo esencial de nuestros tribunales políticos era la previsibilidad del trabajo. Es decir, las sentencias predeterminadas…El juez sabe de antemano qué condena es la más apropiada, ya sea para tu caso concreto, o porque sigue unas instrucciones generales (¡y si no, para algo hay un teléfono en el despacho del juez!)..."
"...Bueno, y para acabar, un tercer rasgo de nuestros tribunales: la dialéctica ...(antes, cuando se era más bruto, solían decir: «el carro va a donde tuerzas la vara»). El Código no debía ser una piedra inamovible en el camino de los jueces…Todos los artículos habían quedado envueltos en interpretaciones, indicaciones, instrucciones. Si los actos del reo no están tipificados en el Código, también puede condenársele: — por analogía (¡qué de posibilidades!);
— simplemente, por su origen social... — por tener relación con individuos peligrosos..."
¿A qué se llama entonces «atentar»?...¿Y la que se casa con un extranjero? ¿Acaso no ha atentado contra la grandeza de nuestra patria?"
“La máquina de condenar ha puesto su estampilla. Cuando un ciudadano es arrestado, queda privado de todos sus derechos en cuanto le arrancan los botones en el umbral de la GB, y ya nada puede evitar que le impongan una condena..."
“…A un juez le llegó al tribunal la siguiente causa: un ciudadano que había vuelto de los Estados Unidos afirmaba calumniosamente que ahí había buenas carreteras...El juez tuvo el atrevimiento de devolver el expediente para que... torturaran y golpearan a ese detenido…”
"Había por aquel entonces un término oficial: represión extrajudicial. Y no porque aún no hubiera tribunales, sino porque ya existía la Cheká".
Julio, haber sufrido en carne propia el totalitarismo real, es garantía de "santidad" y de no poseer ninguna "arista siniestra" ?
ReplyDeleteA.S. cargaba los crímenes de la revolución bolchevique en los judíos. Despreciaba a EEUU por ser demasiado blando con los comunistas en la guerra fría y en Vietnam, atribuyendo esto a la influencia judía. Acusaba a Occidente de imperialista y expansionista...
Suena a la revista Cabildo.
Los horrores del totalitarismo soviético fueron sufridos por demasiada gente anónima, sin comerla ni beberla, como para celebrar en particular a este individuo. Mi mención de Havel no era excluyente, fue uno de los tantos que se le plantaron a los rusos. Prefiero recordar a las víctimas de a pata, como en el desgarrador libro Los Que Susurran" de Orlando Figes (altamente recomendado).
Y perdóneme, pero Nicolás observó correctamente, aunque con otras palabras, que eso de "un descanso de Ayn Rand" fue una chicana que no se compadece con la calidad a la que ud. nos tiene acostumbrados.
Perdón, pero no encuentro el link para bajarlo.
Delete¡Y dale con el link...
DeleteDecime por privado que necesitas de la Rand y te lo mando. Creo que tengo todo en digital (.mobi)
Luis, vos decís el libro de Figés ? Yo lo tengo en papel, no se si está para Kindle.
Delete"...se enumeraban las atrocidades de un Estado enfrentado demencialmente a su propio pueblo casi desde sus inicios..." Es que esa es la idea básica medular del comunismo: La expresión más cavernícola del odio del hombre hacia el hombre. ¿O a alguien le quedan dudas de que Fidel Castro odia al pueblo cubano?
ReplyDeleteLos colectivistas aman al “pueblo” en abstracto y sienten un profundo y sincero asco por las personas concretas de carne y hueso.
DeleteEl Corredor Enmascarado, qué grande.
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