No sé a quién se le puede ocurrir una idea tan de pendejo imberbe onanista (y los hay de 50 y pico de años) sin el menor contacto con la realidad.
Los militantes pueden ser necesarios para la organización y el funcionamiento de un partido político, un club, una religión o una secta.
Para hacer un país hace falta que una amplísima mayoría de sus habitantes – incluida la corporación política - se levante todos los días pensando cómo va a hacer para encontrarle la vuelta a sus vidas y que se partan el lomo trabajando para ello.
La construcción de un país tiene muy poco que ver con lo romántico, la revolución y los procesos épicos fundacionales tan caros al imaginario colectivista y mucho, muchísimo con lo burgués, decadente y poco glamoroso del culo-silla, pico-pala, barro-bosta, arremangarse-inodoro del día a día.
Kampuchea Democrática, un país de militantes, así terminó.
ReplyDeleteEso de pretender ganarse la vida trabajando es muy de facho.
ReplyDeleteLa verdad.
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