La cosa es super-sencilla: Esta gente legisla lo que se le canta el culo (Perdón por la grosería, pero tenía que ser todo lo literal que la acción es.), defecándose en 2500 años de juridicidad occidental, greco-romano-cristiana.
Ignoran, por resentidos, ignorantes y convenientes, lo que es la ley, la juridicidad de Occidente, y otras cosas más.
Ellos legislan dándole forma al mundo a su antojo. La ley es su deseo puesto en imperativo, a despecho de quienes no son como ellos. (Remito al post de Benegas sobre los derechos de la Constitución Argentina.)
Son, por ahora, una versión ligth de Lenin. El día que el modelado del mundo a su deseo implique quitar gente del medio, reprimirla políticamente, reducirla a ciudadanos de menor categoría o cargársela: agárrense fuerte.
Por eso hay que pararlos ahora. Antes que sea tarde.
Es exactamente eso, dar fuerza legal al resentimiento.
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