Se le haya prendido la lamparita de utilizar todos los contactos con la prensa para que el acto tenga la mayor cobertura posible, sobre todo en la televisión nacional e internacional.
No sé si estas cosas sirven de mucho, pero por lo menos contribuyen a instalar la idea de que no todo está pipí cucú, fantástico tropical, mejor que nunca.
No es muy agradable que digamos, pero se trata de Latinoamérica y los medios internacionales tienen la expectativa de despelotes callejeros. Si no hay peloteras en las calles, está todo oka.
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