Apelando al buenismo infantil.

Pensar que alguna vez yo fui así... ¡No! un contrabajo, no: un bebé hermoso.

Comes from there and here.

Gana entre los niños porque sus propuestas, su discurso y su visión del mundo son infantiles. Así como es de infantil el pensamiento y la visión del mundo de los adultos que lo votan.

Cuando se consulta la opinión de los niños en temas adultos de política y economía se da un golpe bajo (ups!), interpelando al infante que subyace en la persona adulta, a la visión ingenua, y hasta buenista, de los niños y otro montón de resacas del crecimiento y sentimentalidades.

¿Quién no quiere un mundo bondadoso y justo como al que aspiran los niños? El punto es que, como maduros, sabemos que no puede existir en esos términos.

Presentar el tema en términos de visión infantil del mundo es una ingenuidad, perversa y peligrosa en alguna medida.