Oct 25, 2012

Fotos de las Malvinas (o Falklands, como prefieran)

Pasen y vean.


6 comments:

  1. Muy interesante, es un lugar que me gustaría visitar alguna vez.

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  2. http://51degreessouth.com/ micro documentales

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  3. El mundo sería un poquito peor si las islas fueran argentinas. Estarían sucias, no existiría esa elegante arquitectura, la impuntualidad, la desidia, el ruido y hasta el robo se hubieran adueñado de ellas.

    O quizás sólo serían -en el mejor de los casos- un olvidado páramo, casi desértico, pero en donde de todos modos alguien haría sonar a los Wachiturros en el aire.

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    1. es posible, o tal vez no.
      Tal vez se podrían parecer a uno de los pueblitos del interior donde la gente vive en paz, deja la puerta abierta porque todos se conocen, y se sientan en la puerta a la tardecita.
      A mí se me estruja el corazón cuando veo una imagen de las islas, o escucho hablar de ellas con liviandad.
      La guerra pasó desapercibida para muchos. Para otros no.
      En mi ciudad se vivó con intensidad, dado la cercanía de objetivos continentales que podrían haber sido eventualmente atacados.
      En mi cas se vivó con particular intensida, ya que mi padre es veterano de la guerra. Se fue en abril y volvió en agosto, ya que estuvo prisionero.
      Ver esas imagenes me trae la angustia ue viví cada día y cada noche de saber que mi viejo estaba allí, y no saber si volvería. Yo tenía seis años.
      Los que sufrimos mucho esos días tenemos otras sensaciones.

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  4. Vir, comprendo tus sentimientos por lo que contás, pero coincido con Gus que si fueran argentinas, estarían sucias, feas, con desidia, robo, etc.
    Creo que idealizas eso del "pueblito del interior donde la gente deja la puerta abierta porque todos se conocen y se sientan a la puerta a la tardecita".
    La basura, la desidia, la inseguridad, es nota de todo el pais.

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  5. Venía a responderle más o menos lo mismo a mi estimada Vir y expresar toda mi comprensión por la experiencia vivida. Afortunadamente no me quedan vestigios de nacionalismo, si alguna vez lo tuve, fruto de una educación infantil estatal “patriótica” más que por reflexión propia, lo perdí para siempre precisamente durante la tan cruel como ridícula guerra de Malvinas. También tuve la inmensa suerte de no haber sido convocado obligatoriamente a participar en ella, ni a mí ni a nadie de mi entorno, en cuyo caso no tengo dudas de que mis sentimientos serían ahora de un permanente, traumático y personal odio para con esas rocas perdidas en el mar.

    Yo no creo que haya en este mundo algo psicológicamente más cruel que sobrellevar el peso de haber participado de una guerra cuyo verdadero objetivo final no era tanto recuperar fáctica e ilegalmente un territorio como justificar la subsistencia de un régimen criminal. De ahí mis sinceras condolencias a todos los que participaron de aquellas acciones, pero si no intentamos analizar racionalmente hasta las últimas consecuencias lo sucedido, seguirá siendo una herida tristemente abierta y fuente de renovados odios.

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