Me encantaría, pero lo dudo mucho.
Si en lugar de un régimen autocrático se tratara de un gobierno vulgar y silvestre – por más incompetente y corrupto que sea -, habría por lo menos un intento por distender la situación y por lo menos la pantomima de tomar en serio y en consideración los reclamos y los reclamantes.
Lamentablemente, esta gente considera que son los caudillos de los argentinos por la gracia de Dios y que no tienen que dar explicaciones ni rendir cuentas a nadie de sus actos.
Espero que los argentos de a pie les demuestren lo contrario.
Cristina: Re-capa, man.
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