Pero no tengo tiempo ni para contarles acá que no tengo tiempo.
Soy otra víctima inocente del capitalismo salvaje, versión América del Norte francesa. Esto de tener que trabajar para vivir es demasiado para mí. Me voy a convertir en un zurdito alocado.
Tendrías que afiliarte a la campora sucursal Quebeq, Louis.
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