Nov 3, 2012

Casablanca

Muy buena nota de Marcelo Gioffre:

Bajo esta perspectiva, ¿no es razonable pensar que los ideales políticos están en la Argentina de hoy por arriba de la amistad y hasta del amor, como lo estaban en la Casablanca de 1941? Ya no hay golpes de Estado porque los populismos son ahora el nombre amable pero fatídico del despotismo latinoamericano. Casablanca vuelve para interpelarnos en momentos en que lo que está en juego no es la encrucijada entre el Gobierno y un grupo económico, ni mucho menos entre el kirchnerismo y la oposición, sino entre república o tiranía. No hay hoy neutralidad posible: los tibios, los distraídos y los cautos son colaboracionistas. Los matices, que suelen ser muy ricos en épocas normales, han perdido todo espesor simbólico en este cruce de caminos.

3 comments:

  1. No sé si una mayoría de argentinos lo ve así de claro.

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  2. El artículo es muy bueno, pero me induce una reflexión. Lo que dice Gioffre lo venimos advirtiendo desde los comienzos del kirchnerismo unos pocos, mientras una inmensa mayoría del pueblo, y ni hablar del periodismo, festejaba con alborozo los atropellos del poder, que comenzaron con la orden al Congreso, por cadena nacional, para el linchamiento de la CSJN por parte del déspota estrábico. Y se justificaba en la necesidad de "construír poder presidencial" ante la debacle de De la Rúa. De aquellos vientos vinieron estas tempestades, ante la ceguera y la comodidad colectiva. La mayoría de los argentinos han sido cómplices, por acción u omisión.

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    1. Comparto, Raúl. Jamás se hubiera llegado a esta situación sin el apoyo entusiasta y/o la indeferencia, en el mejor de los casos, de una enorme mayoría de argentinos.

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