En los hechos, reconocen lo que se supo desde siempre: sin inversiones, la empresa es inviable y, como Argentina se quedó sin mercados de capitales, sin ahorro interno y sin acceso al mercado de la deuda, las inversiones deben venir del exterior, más que en ningún otro momento de la historia reciente del país.
Me gustaría que alguno de los cráneos del "modelo" me explicara por qué, si estaban al tanto de este tema, avanzaron con su confiscación. Si la idea es conseguir inversiones en el sector petrolero/de la energía, la medida va exactamente en el sentido contrario.
Someter la vida y la libertad de 41 millones de argentinos a los disparates ideológicos de un grupo de mesiánicos que circunstancialmente regentean la cosa pública en el país es de una peligrosidad extraordinaria.
Estas empresas gorilas siguen con la campaña antiargentina de pedir algo tan feo como la "seguridad jurídica".
ReplyDelete