Es que después de estos episodios lamentables el proceso de aprendizaje siga brillando por su ausencia:
El discurso del resentimiento y la política de la confrontación, tan propios del gobierno nacional y popular, borraron cualquier frontera entre el bien y el mal. Eran conmovedoras ayer las declaraciones de funcionarios que denunciaban "robos" y defendían la "propiedad". Pero ¿por qué les exigían a los que tienen muy poco el respeto a esos valores que nada significan para los gobernantes?
El Calafate es la nueva Ascochinga. Solo que en vez de Luder están Boudou y Betty.
ReplyDeleteLa otra vez terminó muy mal. No veo que ésta vez sea mucho mejor.