Jan 21, 2013
¿Cuál es la receta para eternizarse en el poder según la experiencia de la Cuba de Castro?
¿Les suena conocido?
Primero, manteniendo una absoluta disciplina dentro de la estructura de poder. Sólo existen una sola cabeza, una sola voz, un solo aplauso. No puede haber disenso ni desviación. No hay espacio para vertientes. Al funcionario o dirigente que se mueva lo aplastan o lo extirpan, previa la pública demostración de que era un canalla.
Segundo, control absoluto de la maquinaria que hace las reglas (ese coro afinado que funge de parlamento) y de la institución que las aplica como les conviene a los mandatarios (el poder judicial, que es sólo una familia de verdugos obsecuentes al servicio de los gobernantes).
Tercero, control total, también, de los medios de comunicación que dan cuenta de los hechos públicos y privados. La realidad es lo que decide quien tiene encomendado describirla. Las contradicciones no existen. Una de las principales funciones del Estado es mantener oculto cualquier aspecto que desmienta el discurso o relato oficial.
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Y faltaría el quinto: educar a las nuevas generaciones dentro de los más estrictos parámetros del relato oficial. Adoctrinarlos desde la cuna para garantizarse que los niños y jóvenes ignoren todo, o tengan una imagen deformada, de cómo era "antes", desconozcan que hay alternativas al "modelo revolucionario", y sobre todo, no piensen que pueda haber cambios a futuro. Y sobre todo, que teman lo desconocido.
ReplyDeleteDice Montaner:
DeleteAl cabo de un par de generaciones ese tipo de Estado se consolida. Ha surgido “el hombre nuevo”, pero no exactamente la criatura desinteresada, solidaria y laboriosa que preveía Marx, sino un tipo inmovilizado por tres cadenas indestructibles:
La fuerza de la inercia. Las cosas se hacen así, porque siempre se han hecho de esa manera. No hay alternativa a la incomodidad que produce ese Estado torpe y burocrático.
El miedo a la represión. La cárcel, muy dura, y las ejecuciones sumarias son eficaces para inducir la obediencia. Los ciudadanos en los Estados totalitarios sólo creen en huir. Como afirma el periodista Juan Manuel Cao, el comunismo terminó con una avalancha de gente que huía, no de gente que peleaba. La docilidad es una forma de adaptación al sistema.
El síndrome de indefensión. Las personas aprenden, desde la niñez, que el régimen es imbatible, de manera que no tiene sentido oponérsele. Los padres, que quieren proteger a sus hijos, son los grandes propagadores de ese síndrome. Ellos enseñan a sus hijos a bajar la cabeza y obedecer para que no les hagan daño.
Previo al quinto: Contar con el beneplácito de un pueblo de tontos que se babea y se mea convencido que lo están liberando de sus enemigos (uhhhh que miedo), hasta que -muy tarde- se dá cuenta que en realidad está preso y cocinado (ej.: Rusia con Lenin/Stalin; Alemania con Hitler; Cuba con Castro; Venezuela con Chávez; etc. Después:"educar a las nuevas gener...."- JUAN
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