Agradecimiento y despedida

Cuando se cierra una etapa de mi vida,  acostumbro hacer un balance de lo que ocurrió. El objetivo es el mismo de los debriefing militares luego de una misión de combate: analizar si se cumplió el objetivo o no y de qué manera, determinar los eventuales fallos y corregir los procedimientos para ser más eficaces. Con este espíritu, además del de despedirme, es que escribo lo siguiente.

Fue en el  2006 cuando descubrí, desde Blogbis donde escribía mi amigo Carlos, El Opinador Compulsivo y mi rutina diaria de lectura de blogs empezó a ser primero en BB y luego seguía en EOC. De a poco fui participando en clave de humor (nunca supe que significa eso de “clave de humor”, pero suena mejor que “haciendo chistes”) con mis comentarios.

En el 2008, los Padres Fundadores tuvieron la amabilidad de invitarme a participar y desde entonces aquí he estado abusando de Uds., sufridos lectores, contándoles varias  anécdotas de mi vida en diversos países tratando de darles un toque de humor. En esa etapa inicial, me divertí muchísimo en el blog y también aprendí muchas cosas que no conocía ni de oídas siquiera.  

Con el tiempo, fui dándome cuenta de que en algunas cuestiones importantes tenía algunas diferencias profundas con respecto a otros cobloggers y lectores, como ser que no soy randiano, soy católico, no creo en la aprobación acrítica de todo lo que haga el gobierno israelí, no me gusta todo lo que hizo Bush (h), creo que la guerra contra Irak fue un error gravísimo y fundado conscientemente en mentiras y, sobre todo, la gran diferencia es que tengo un enorme sentimiento de  patriotismo producto de mi historia familiar y por formación personal.

Quiero a la Argentina, aunque esté muy lejos, y me duele terriblemente la decadencia en la que ha caído en mi tiempo de vida.

Me dolían mucho algunos comentarios constantemente denigratorios contra la Argentina y que, para colmo, estaban referidos a hechos y situaciones que pasan en muchos otros países del mundo también. Me consta que varias personas se alejaron del blog por este marcado desprecio hacia lo argentino en general, que se veía reflejado en la odiosa palabra argento, sin que ni  siquiera muchos se dieran cuenta de que es bien “argento” el vivir llorando y quejándose en todas partes adonde vayan a vivir. Siempre nos faltan cinco centavos para el peso y me he aburrido de ver esta conducta en el exterior.

Los argentinos decentes somos muchos más que la chusma canalla ladrona y corrupta constituida por la mayoría de nuestros políticos, pero hemos terminado aceptando cualquier cosa sin protestar demasiado hasta que es tarde.

En este sentido, pese al pesimismo que muchas veces trasuntaban sus post, Louis cumplió una tarea hercúlea al machacar y machacar los conceptos y principios básicos de la libertad y las amenazas que la acechan diariamente. Su función de difusor de ideas liberales fue muy intensa y encomiable de verdad.

Los argentinos no tenemos el monopolio de la hijaputez ni de la corrupción moral o la falta de principios. Lo curioso es que insistimos en caer en los mismos errores con una terquedad y ceguera desconcertantes para todos.

Varias veces estuve, confieso, tentado de abandonar el blog por lo expuesto y, sobre todo, cuando se perdía el respeto por la opinión ajena diferente, pero que no había agraviado a nadie.

Así tuve el dudoso privilegio de protagonizar una fuerte discusión con un coblogger muy capaz y seguramente talentoso, pero del que me separan creencias muy distintas. Fue mi peor momento porque soy consciente de que puse a los demás cobloggers en una situación muy desagradable. Espero que hayan comprendido que puedo admitir que alguien rechace por completo o incluso que  se burle de mis opiniones, pero exijo respeto  a mis convicciones religiosas como yo respeto a quienes no las tienen.  

Sin embargo, como una vez escribiese Mike hace años, somos tan pocos los defensores de la libertad que no podemos darnos el lujo de pelearnos entre nosotros por diferencias de grado o religión cuando lo importante son otras cosas que nos unen.

El caso es que he pasado unos años en este blog donde he aprendido mucho, he reído, he envidiado a los usuarios habituales de las Opiladies en carne y hueso (minas que a esta altura de mi vida solamente veía en fotos), me he agarrado unas cuantas broncas en silencio, he soltado unas cuantas carcajadas provocadas por unos cuantos ingeniosos turros/as que adornaron estas páginas con sus comentarios, he disfrutado del placer de compartir espacios con mujeres muy inteligentes y divertidas, he seguido sin entender cómo mierda se hace para separar un texto y que diga “Keep reading”, pero, por sobre todas las cosas, he conocido muchas personas muy valiosas, inteligentes, honestas y divertidas a los que siempre recordaré con cariño y cuyo contacto espero poder mantener.

En cuanto a mi objetivo de entretener y arrancar una carcajada de vez en cuando, espero haberlo logrado aunque lamento no haber podido escribir más en ese sentido. Sin darme mucha cuenta, también incursioné por algunos temas de historia y espero haber contribuido a estimular a los más jóvenes a interesarse por la historia y no permitir que el Ministerio de la Verdad orweliano nos la reescriba.

Nuevamente mi agradecimiento a Louis, Mike, Ramiro y Blogo, a todos los demás amigos cobloggers, a los comentaristas habituales y a los lectores del blog.

La función ha concluido, la tragedia ya ha pasado, el telón debe caer y la vida real continuará allá afuera donde cada uno deberá pelearla como mejor pueda y sepa, pero, por favor,  El Enmascarado  les ruega:

¡¡¡NO ESCRIBAN CON FALTAS DE ORTOGRAFÍA, CARAJO, 

QUE ME HACEN DOLER LA VISTA!!!  

¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

¿PENSABAN QUE ME IBA A PONER MELODRAMÁTICO O SERIO?

¡JÓVENES Y JÓVENAS! ¡CABALLEROS Y CABALLERAS!  

¡YO SOY EL ENMASCARADO QUE NO SE RINDE, Y LO SEGUIRÉ SIENDO SIEMPRE!

¡YA ME ENCONTRARÉIS JODIENDO EN OTRA PARTE!

¡¡¡HASTA LA VICTORIA’S SECRET, AMIGOS MÍOS!!!