Farewell

Calle José María Paz - Comodoro Rivadavia

Acabo de volver de vacaciones, con casi cero conectividad y el celular roto ahí donde estuve. Antes de ayer leí el post de Mike. Ayer, el de Louis. Luego, un par de comentarios, pero no más, lo haré después. Preferí quedarme solo ante la novedad, para poder expresar lo que fuera que me saliera al respecto.

La cosa es que estuve como una hora y pico escribiendo un post que -promediando su redacción- me di cuenta de que era al pedo: era confuso y enmarañado. Y es que lo confuso y enmarañado no es lo que escribí sino lo que siento con que EOC ya no sea el espacio adonde uno venía a abrevar todos los días, el breathing room para no sentirse loco en un país que debiera ser distópico y perteneciente a la literatura, y no real y perteneciente a la historia.

Así que por un lado, la sensación de pérdida, la tristeza, que descuento que comparto con los demás lectores y cobloggers.

Por el otro lado, la total comprensión de la decisión. La famosa frase de Nietzsche me viene a la cabeza: Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti. Debe haber sido muy difícil llevar durante tantos años una prédica sostenida contra realidades cada vez más adversas y ridículas. Nunca paré de asombrarme y de respetar profundamente la determinación apostólica de tipos como Louis que, pica en mano y yelmo al sol, emprendían galope una y otra vez contra los mismos molinos, varias veces por día. Imbéciles le han dicho que era insistente en los argumentos. Nunca fue insistencia, Louis, si te entendí bien: era perplejidad ante la idiotez general argentina que nunca se rindió a los hechos; era tratar de demostrar que todos nuestros fracasos responden a cuatro o cinco patrones básicos y siempre iguales; y era algo así como una vocación docente de tratar de demostrar con mil ejemplos diferentes lo que está ahí, ahí, AHÍ, y tan pocos lo ven vaya uno a saber por qué alquimia social, histórica, maleficio o lo que sea.

Y finalmente el agradecimiento. Participar en este lugar ha sido para mí un privilegio que me la pasé creyendo inmerecido y sospechando humildemente que algunos tenían la sutil delicadeza de no creerlo así. Siento que en EOC he recibido mucho más de lo que he dado. He hecho aquí lo que he querido y con total comodidad; esta ha sido -en cierto sentido- mi casa, y no porque sea yo de los que vienen y se sientan sino porque me han hecho sentir así. Supongo que fueron Louis y Mike los que en algún momento decidieron invitarme. Les estoy enormemente agradecido por la gracia y responsabilidad, el badge of honor de ser un redactor de EOC.

EOC no ha sido un blog, esas cuatro letras son demasiado escuetas, demasiado módicas. EOC ha sido toda la gente que un día dijo "hola, este/a soy yo" en un post épico de presentación. Ha sido los que vinieron y los que se fueron. Ha sido las ideas compartidas, las discutidas. Ha sido un lugar de encuentro y de encuentros. Ha sido terapia. Ha sido mesa para el puñetazo, muro de los lamentos, jack-in-the-box para la risa y centerfold desplegado de Playboy (y a veces, de Hustler). Ha sido una experiencia de las tantas que uno tiene en la vida, pero una de las gratas.

Ladies and gentlemen, it's been an honour.