Como sinceramente no puedo creer que 40 millones de tipos se hayan vuelto locos de golpe, prefiero atribuir el estado de cosas en Argentina a la “maldición de los recursos naturales”. El país es un caso medio híbrido, ya que en lugar de tratarse del petróleo o un producto mineral estamos hablando de la producción agrícola ganadera, pero me parece que da el perfil.
Mientras quede un cinco guita para darse con el gusto, los argentinos van a seguir en esta senda. No soy muy optimista con lo que les espera.
Pero don Louis... me extraña. ¿Existe alguien en su sano juicio que sea optimista, pero optimista con lógica? ¿Hay alguna otra cosa que esperar salvo decadencia?
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