A las sociedades, como a las personas

Se las conoce por el camino que agarran cuando tienen la posibilidad de elegir, cuando tienen opciones, cuando les queda otra.

Porque hacer las cosas bien cuando no te queda otra pasa más por una cuestión de instinto de supervivencia que por el mérito.

Cuando los argentinos perciben, con o sin fundamentos en la realidad, que tienen la posibilidad de elegir, eligen sistemáticamente el populismo clientelista en lo político y el corporativismo prebendario en lo económico.

Nada me haría más feliz que estar equivocado, pero ésa es mi impresión.