Oct 1, 2004

La Argentina y el dilema de Crusoe

LA NACION LINE Archivo 18 de Julio de 2004 Opinión Nota

El columnista invitado
La Argentina y el dilema de Crusoe
Por Roberto Cachanosky
Para LA NACION

Supongamos que Robinson Crusoe está en su isla y, de acuerdo con la dotación de recursos naturales que tiene en el lugar, puede bajar cocos de los árboles o bien pescar.

.Supongamos que si le dedica ocho horas diarias a treparse a los árboles obtiene 25 cocos y que si las ocho horas diarias las destina a pescar con sus manos consigue 15 peces. Robinson Crusoe tendría una curva de transformación como la curva B del gráfico. El puede destinar parte de las ocho horas a hacer una combinación de descolgar cocos y de pescar, consiguiendo distintas cantidades de cocos y peces de acuerdo con el tiempo que le dedique a cada cosa. Por ejemplo, si le dedica cinco horas diarias a descolgar cocos consigue doce y si las otras tres horas las usa para pescar obtiene diez peces. Lo único que Crusoe sabe es que trepándose a los árboles y usando sus manos para pescar, lo máximo que conseguirá son 25 cocos diarios o 15 peces.

.Si Robinson Crusoe, por cualquier razón, trabaja menos de las 8 horas diarias estará subutilizando su capacidad de producción. Por ejemplo podrá estar en el punto A del gráfico. Digamos que tiene capacidad ociosa.

.Pero supongamos que Robison quiere trabajar las ocho horas diarias y, al mismo tiempo, conseguir mayor cantidad de cocos y de peces. ¿Cómo puede incrementar la cantidad de cocos y peces que consigue, trabajando las mismas ocho horas diarias? Sólo lo puede lograr aumentando su productividad. ¿Cómo puede aumentar su productividad? Incrementando su stock de capital.

.Por ejemplo, puede construir una escalera para bajar los cocos y puede fabricar una red para pescar. En ese caso, Robinson Crusoe logrará desplazarse de la curva B a la curva C del gráfico. Trabajando las mismas ocho horas, ahora obtiene 30 cocos o 25 peces. Y con cualquier combinación de tiempo que le dedique a la pesca o a los cocos siempre conseguirá un nivel de producción mayor en la curva C que en la curva B.

.Hoy la economía argentina se encuentra en el mismo dilema que Robinson Crusoe. Luego de la devaluación, el default, la confiscación de depósitos, etc., la economía quedó operando en el punto A del gráfico. Gracias a las condiciones internacionales que vienen empujando a la economía argentina y pasado el gran susto de fines de 2001 al 2002, la economía se alejó del punto A y está llegando a la curva de transformación B. El gran desafío de la economía argentina es lograr superar la curva B y llegar a la C e, incluso, seguir avanzando hacia curvas de niveles superiores de productividad.

.El punto es que pasar del punto A a la Curva B puede resultar relativamente sencillo. Lo complicado es pasar de la B a la C, porque ello requiere de incrementar el stock de capital. Y para aumentar el stock de capital hace falta que las empresas estén dispuestas a invertir.

.Ahora bien, los países compiten entre ellos para captar los capitales que están disponibles en el mundo. Y los capitales van hacia aquellos países que mejor combinación de rentabilidad y riesgo le ofrecen.

.El hecho de haber dejado de lado las reformas estructurales creyendo que el cambio de precios relativos producto de la devaluación soluciona todos los problemas actúa como un freno para pasar de la curva B a la curva C. La devaluación y la nueva estructura de precios relativos no solucionan problemas como una legislación laboral que conspira contra la contratación de personal, la política tributaria sigue siendo tanto o más ineficiente con devaluación o sin ella y la composición del gasto público, que es tan deficiente como antes de la devaluación.

.Reglas y problemas
.Así como la ley de convertibilidad era una simple regla monetaria que no solucionaba por sí misma las ineficiencias estructurales, la nueva política cambiaria tampoco soluciona los problemas que venimos arrastrando desde hace décadas.

.Pero volviendo al punto que señalaba antes de que todos los países del mundo compiten por la captación de capitales, en el caso de la Argentina el esfuerzo por atraer el ahorro de los argentinos que están depositados en el exterior, a resguardo de las locuras jurídicas que solemos cometer o de la misma voracidad del fisco, y de los capitales extranjeros, tiene que ser mucho mayor que el que deben hacer otros países. ¿Por qué un mayor esfuerzo para atraer los capitales? Porque justamente nuestros reiterados desquicios institucionales y económicos determinan que seamos considerados como un país sin respeto por las normas de organización institucional más elementales. Tenemos antecedentes deplorables en este sentido y esto es lo que hay que cambiar.

.Como la Argentina sigue siendo un país no confiable para invertir, toda la política económica está centrándose en solamente redistribuir ingresos dentro de la curva B. Por ejemplo, el estado redistribuye ingresos de los consumidores hacia determinados productores de electrodomésticos. De los contribuyentes hacia los dirigentes políticos denominados piqueteros. De los que viven de un ingreso fijo hacia los sectores que sustituyen importaciones gracias a la devaluación. O, como en el caso de las obras públicas, redistribuyendo ingresos de los contribuyentes hacia los sectores que venderán insumos y mano de obra para hacer las obras anunciadas. En todos estos casos no hay generación de nueva riqueza desplazándonos de la curva B a la C. En el mejor de los casos todos nos movemos siempre sobre la curva B. Pero esta estrategia tiene el riesgo cierto de cansar a los que producen para que otros consuman y, en el largo plazo, terminemos bajando hacia la curva D.

.Volviendo al caso de Robinson Crusoe. Supongamos que Viernes se transforma en el administrador de la isla y determina que Robinson tiene que pagar impuestos solidarios para sostener a los habitantes de islas vecinas para que no le hagan piquetes en las playas de la isla y, además, le establece todo tipo de trabas al desarrollo de su actividad. En este caso, lo que hará Crusoe será no sólo suspender la construcción de la escalera y de la red de pescar y así incrementar su productividad, sino que terminará trabajando menor cantidad de horas. Se desplazará hacia la curva D. Resultado final, Robinson tendrá menos bienes para consumir y Viernes tendrá menos recursos para redistribuir.

.Eso es exactamente lo que hoy ocurre con la economía argentina. La tasa de inversión en bienes y equipos durables de producción se ubica en menos del 6% del PBI, niveles cercanos a los que tenía a mediados de la década del 80 cuando la tasa de inversión era insuficiente para reponer el stock de capital que iba deteriorándose. Dicho en otras palabras, en vez de estar moviéndonos hacia la derecha del gráfico, nos estamos moviendo hacia la izquierda. Para que quede más clarito. Si no cambian las condiciones institucionales, cada vez habrá menos bienes para consumir, menos para redistribuir y sus precios serán más altos.

.El autor es economista.

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