Ciclotimia

Semana tras semana, no falla. Voy leyendo en los medios de Argentina como se va alternando el ciclo de euforia – desencanto. Hace unas 4 o 5 semanas eran las inversiones chinas (siempre recordaré la infografía de La Nación, con el grafiquito del nuevo tren bala, las telecomunicaciones y demás), el inminente acuerdo por la deuda y el aumento generalizado de jubilaciones, aguinaldos y salarios familiares. Todo era jolgorio, esta vez la pegamos, esto demostraba que el camino de la chantada y la estafa no sólo no está mal, sino que da pingües resultados. A la semana siguiente se desinfló todo. Llegó el momento de los reproches y sesudos análisis, la culpa era del gobierno por anunciar estos disparates, la culpa era de la prensa por publicarlos irreflexivamente. Parecía que habíamos aprendido la lección.

Pero no. A la semana siguiente, otra vez con lo mismo. Esta vez volvían las inversiones chinas, en forma de un acuerdo global monumental, y otra vez era inminente el acuerdo con los acreedores externos. Una semana después, crash en la bolsa por desinflarse el acuerdo por la deuda y, de las inversiones chinas no quedaba prácticamente nada.

La semana que viene seguramente será otra cosa, otro gran tema lleno de magia, o se reciclará alguno viejo. Otra vez el acuerdo inminente con los acreedores, o las inversiones de Vietnam, o las de Corea. Y a la semana siguiente todo se esfumará otra vez, como el proverbial pedo en la canasta.

¿Hasta cuándo se puede seguir utilizando este método? ¿Hasta cuándo el público en Argentina va a seguir aguantando tomadura de pelo tras tomadura de pelo? Todo depende de cuánto compartan y necesiten este tipo de mecanismos patológicos. En una de esas somos felices así.