Recibí un comentario a mi post del artículo de Roberto Cachanosky “¿Cómo definirá Kirchner a los Derechos Humanos? “. Algunos comentarios mios:
· Este señor (o señora) me acusa de “canalla”, “fascista”, “ignorante”, de “nivel intelectual ínfimo” y amenaza con “querellarme”. Eso si, me trata de “usted” y firma su comentario con un amable “atentamente”. Lamentablemente, la impresión que da es que el insulto y la agresión son la manera natural y normal de intercambiar opiniones.
Creo que podría haber utilizado otras formas para decir exactamente lo mismo, sin caer en el insulto y la descalificación personal, y muy probablemente su mensaje hubiera sido más efectivo y contundente. Desde mi punto de vista, como lógica de discusión deja mucho que desear, si este es su primer comentario, cabe preguntarse cómo sigue la cosa, ¿cómo reaccionará si no le gusta lo que digo acá, un palo en la cabeza, un balazo en la cabeza?
· Es obvio para mi que el de los Derechos Humanos es un tema que todavía despierta pasiones en el país. Es uno de los pocos ámbitos en que todavía las dos facciones enfrentadas son irreconciliables. Por suerte el país avanzó mucho desde el 83 y estas antinomias son cada vez menos marcadas, y reservadas para temas muy concretos (ya ni siquiera se da en el peronismo - antiperonismo, los únicos ejemplos que se me ocurren son Boca – River o Windows - Linux). Creo que es necesario entender que la gran mayoría de argentinos no está con ninguno de los dos bandos, están en el medio, y quieren que de una vez por todas superar esta etapa tan triste y tan negra de nuestra historia, como lo hicieron tantos otros países en el mundo, como España, Francia, Chile, Uruguay.
· Desde mi punto de vista, los Derechos Humanos son un tema demasiado importante como para dejarlos en manos de personajes como el actual presidente o Hebe de Bonafini. Esto es así sobre todo en un país como Argentina, de una larga y marcada tradición de violaciones a los más elementales Derechos Humanos de toda índole y color político. Debemos entender aunque duela que organizaciones nefastas como las “Madres de Plaza de Mayo” de Bonafini son la mejor propaganda anti DDHH posible de diseñar. La gran mayoría de la gente en Argentina tiene históricamente una opinión muy poco favorable del activismo pro DDHH, si encima permitimos que sea bastardeado de esta manera, corremos el riesgo de que la gran mayoría de moderados les den la espalda y seguir repitiendo los mismos errores del pasado. Es por lo menos llamativo que esta persona use el calificativo de “heroico” para referirse a la "política” de Derechos Humanos de esta administración, que se ha distinguido casualmente por tirar por la borda años de lucha por pacificar el país.
· Me hubiera gustado que esta persona, en lugar de insultar y descalificar, me hubiera mandado su punto de vista sobre el tema, sería más constructivo. De todos modos, desde ya queda invitado a que si tiene ganas y tiempo me mande su visión sobre este tema o cualquier otro, para publicarla acá en el blog.
Estimado Amigo,
ReplyDeletecomo tantas otras veces vuelvo a estar de acuerdo contigo y con gran aprte de tu forma de ver las cosas. Igualmente, y siempre de nuestro enriquecedor y amable disenso, quería hacerte un par de comentarios.
Si bien no es el punto central de tu escrito, dudo mucho que Chile y Uruguay hayan superado el tema... Siguen dando vueltas con el tema Pinochet (dejen al viejo morir en paz... ya va a tener que pagar a su momento) y en Uruguay cuando suba Tabaré, dudo que se aleje mucho del estilo K. Aunque confío en que los uruguayos, una vez más, demuestren que no son argentinos.
Puede ser que la antinomia Peronismo-Antiperonismo ya no sea tan fuerte. Quizás se deba a que los Antiperonistas son cada vez menos y que los Peronistas se las han ingeniado para dominar siempre (sean gobierno o no) Pero igual existen otras funcionales al poder de turno. Piqueteros-Antipiqueteros, Ahorristas-Corte Suprema, CGT-CTA... Siempre se las ingenian para dejarnos picando alguna dicotomía que nos entretengan. Lo lamentable es que la mayoría sí se prende, a diferencia de lo que decís vos. Los que no nos prendemos, me parece somos la clase media profesional y trabajadora, a la que cada algunos años se encargan de sacarle los ahorros para pagar el desaguisado de los demás.
Por último, con respecto a los DDHH, Bonafini y Cía... Creo que todavía tiene que pasar una generación para que la verdad de la cosa se sepa... Creo que cada uno se ha mandado grandes errores, pero hasta que no se hable claramente de la cosa no creo que haya una verdadera reconciliación nacional.
Con mis respetos de siempre,
Guillermo Ziegler.