Un par de comentarios de Marcos Aguinis del 1er Foro Atlántico:
El rebrote populista
La desgracia es que América latina, en contraste con Europa, retrocede en lugar de avanzar. Gran parte de la culpa debe ser atribuida al rebrote populista, según describieron con datos precisos, tanto Carlos Alberto Montaner como Alvaro Vargas Llosa.
Los esfuerzos de reforma en los años 90 produjeron entusiasmo al principio, porque simulaban encaminarse hacia la modernización, pero el viraje falló. Se hizo una transferencia del monopolio estatal al monopolio privado. No se independizó la Justicia ni se eliminó la corrupción; no se saneó la burocracia ni se achicó el clientelismo; no se fortificaron las instituciones ni se consolidaron los derechos del individuo.
Fue un trágico período de "neta política antiliberal", a la que siguen llamando liberal o neoliberal los populistas que ahora necesitan argumentos para bloquear el progreso con ilusiones estatizantes, colectivistas y falsamente solidarias.
La pobreza es funcional a los demagogos. De modo que, en forma consciente o inconsciente, hacen lo posible por mantenerla mientras proclaman lo contrario. El populismo no hace reformas estructurales; es gatopardista.
Alvaro Vargas Llosa evocó la película "El rey pasmado", basada en una novela de Torrente Ballester. El actor principal, Gabino Diego, hace de Felipe IV, quien, al contemplar desnuda a Marfisa, la prostituta de la villa, queda pasmado.
"El resto de la película es un pretexto para ver a Felipe IV, es decir, a Gabino Diego, poner una exquisita cara de pasmo perpetuo que resulta en una de las genialidades del cine español", dijo.
Pasmados están muchos presidentes populistas de América latina, abrumados, embobados, por una realidad que los supera. Son "una pléyade de reyes pasmados, algunos simpáticos y bienintencionados, cuyo nervio vital parece haber quedado en suspenso ante una Marfisa descomunal", dijo Vargas Llosa.
Son incapaces de efectuar las reformas que ofrezcan garantías para ahorrar, poseer, invertir y comerciar, único camino de la prosperidad.
Para Montaner es urgente crear condiciones para el triunfo de los individuos, como ocurrió primero en Inglaterra durante su revolución gloriosa, que puso límites al gobierno, y después en los Estados Unidos, donde surgió el feliz self-made man. En esa línea destacó la sentencia de que los gobiernos no son la solución, sino el problema.
El contraste fue completado por otros expositores, que describieron aspectos de la sociedad norteamericana que en público se critican y en privado se aprecian. Por ejemplo, el manifiesto propósito de hacerse ricos, el orgullo por pertenecer a una sociedad en progreso incesante y la existencia de una ley que trata a todos por igual.
Los norteamericanos no alcanzaron ni alcanzarán la perfección porque son humanos y porque existen bolsones llenos de perversiones humanas. Pero marchan a la cabeza de Occidente. La revolución norteamericana fue anterior a la francesa y ésta tomó de aquella muchos de sus principios. Baste recordar a Lafayette en los tiempos inaugurales y después al ojo penetrante de Tocqueville.
Por Marcos Aguinis
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.