Interesante comentario sobre el "estilo K" (de kagada tras kagada). Insisto con algo, perdón por ser tan reiterativo, por más delirante y esquizofrénico que sea, el verdadero problema no es el actual presidente. El problema es que todavía sea posible en Argentina que personas de esta envergadura lleguen a la presidencia de la Nación.
El problema es que a pesar de todo esto, o gracias a todo esto, siga teniendo los índices de popularidad y aprobación que tiene. Los gobiernos pasan, las malas políticas se pueden contrarrestar con buenas políticas con el tiempo, pero lamentablemente los millones de argentinos que tienen orgasmos espontáneos hablando de Kirchner seguirán entre nosotros por mucho tiempo:
“Sorpresa” le causó al gobierno una advertencia del Departamento de Estado de EEUU a los turistas sobre la inseguridad en nuestro país. También tomó por “sorpresa” al Gobierno el escándalo Southern Winds. Otras “sorpresas” fueron el desplante de Fidel Castro y el maltrato al viajero Bielsa en Miami. Ni hablar de Cromagnon. Antes, habían sorprendido al oficialismo la irrupción de Blumberg o el problema energético. Mañana será la crisis del campo. Y así seguiremos ya que al Gobierno todo lo agarra desprevenido.
En realidad no cabe la sorpresa. Esta es la avalancha de consecuencias, en lo interno y externo, del célebre estilo K. Desde que arrancó su gestión, el Gobierno se ha empeñado en depredar las instituciones, someter a su arbitrio a los otros poderes del Estado, extorsionar a los gobiernos provinciales y enemistarnos con el mundo entero. Argentina no figura en ningún mapa de inversión. Si algo faltaba, era pelearnos con el Vaticano. Pero Kirchner no falla.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.