Mar 18, 2005

Gran Interrogante

Hace varios gobiernos que me pregunto lo mismo: ¿son o se hacen? Me pasó con De la Rúa y con Rodríguez Saa (¿se acuerdan de Rodríguez Saa?). En el caso de Duhalde debo decir que estoy convencido de que es. Ahora me pasa con Kirchner.

Me sorprende ver que varios analistas como Vicente Massot y Jorge Castro, que suelen ser muy lúcidos, consideren que el actual presidente no es, sino que se hace. Según estos especialistas, la dramática cadena de inconsistencias, actos irracionales, idas y venidas, dobles discursos permanentes, actitudes autocráticas, avances sobre los otros poderes del estado no serían más que partes funcionales a una supuesta estrategia de poder del presidente. Se trataría de su forma de gobernar, de su estrategia para diferenciarse.

En lo personal pienso que tal vez puede haber algo de todo eso, pero es muy difícil que alguien sea tan buen actor. Si una persona actúa sistemáticamente como un esquizofrénico podemos concluir con cierto grado de seguridad de que, aunque no se trate de un enfermo declarado, por lo menos se trata de una persona con rasgos esquizofrénicos. Es muy probable que la tendencia natural de Kirchner sea el ejercicio autocrático del poder y que por sentirse cómodo con esa forma de actuar, haya tramado una estrategia de poder relacionada.

Cualquiera sea la respuesta a la pregunta de si Kirchner es o se hace, lo realmente dramático es que honestamente no estoy tan seguro de cuál de los dos casos es peor. Si es, tenemos que hacer frente a la situación de que el gobierno está en manos de una persona con serias patologías. Si se hace, debemos entender cuanto antes que el matonismo, la confrontación permanente, la violencia pueden dar “resultados” por un tiempo y en ciertas sociedades, pero que en algún momento se deben pagar los costos. Es muy difícil construir algo positivo en base a la estafa y la violencia.

Una vez más, nos encontramos como sociedad ante una situación muy complicada. Este personaje sabe lo que hace, o cree saberlo. Si su estrategia de poder se basa en estas actitudes es porque sabe o cree que esta forma de ejercer el poder le da rédito político. No me canso de leer que sus índices de popularidad son altísimos. No se si será cierto o no, pero en el gobierno están convencidos de que esto es lo que la “gente” quiere. La trampa del populismo demagógico es casualmente esa: comprarle droga al adicto en lugar de tratar de curarlo. Todos más o menos felices hasta que se termina la plata y debemos encarar el tratamiento que postergamos por tanto tiempo.

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