Mariano Grondona sostiene en su columna de hoy de La Nación que la diferencia entre el éxito y el fracaso en los países que se sumaron tardíamente al desarrollo pasa por la existencia de una izquierda racional, a diferencia de una irracional, que nos condenaría al fracaso.
Pareciera sostener implícitamente que la derecha es siempre racional en estos países, lo que no se condice con la realidad. En la gran mayoría de los casos, la irracionalidad no es patrimonio de un partido político ni de un sector ideológico, es una forma de encarar la realidad.
Desde mi punto de vista, el éxito no pasa por una izquierda racional, está relacionado al grado de racionalidad de toda la sociedad en su conjunto. Es decir, a la relación entre los objetivos declarados y los medios que se emplean para alcanzarlos.
Parece mentira, pero aparentemente todavía tiene dudas sobre cuál será el camino que va a tomar nuestro bienamado líder, el excelsamente incompetente Nestitor.
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