Mar 21, 2005

Yankees, go home! (and take me with you)

Éste es el segundo, sobre un tema muy cercano al corazón de todos los argentinos: el antinorteamericanismo. Qué sería de nosotros sin los EEUU para odiar. Probablemente deberíamos volver a odiar a Inglaterra, algo no muy fashion por estos años:

Está lo del petróleo, uno de los fariseismos más bien llevados de nuestra sociedad del confort. Eso que han dado en llamar petróleo por sangre. Es fantástico ver a tanto progre pequeño-burgués encantando de su bienestar, hablar de intereses petrolíferos con desdén y agobio. Sin embargo, en este mundo que hace caer a gobiernos cuando el barril sube dos dólares, lo del petróleo es la madre de todos los corderos. No digo que me guste, digo que es. Y porqué es, resultaría interesante visualizar el síncope que nos daría a todos si la estabilidad se fuera de rositas. ¿Qué haríamos con nuestra vida de varios coches y casita en la playa, nuestros hijos de máster en el extranjero (por cierto, generalmente en la odiada USA) y nuestro estatus sin mala conciencia, si lo del petróleo sencillamente se hundiera. Desdeñar el interés petrolero americano sin constatar hasta qué punto es el nuestro, es la forma más aguda de síndrome de cigüeña que hemos desarrollado por estos lares. Podemos aceptar que la forma de defenderlo no sea la que Bush plantea. Pero considerar que no es nuestra preocupación es tanto como militar en el suicidio.

No comments:

Post a Comment

Note: Only a member of this blog may post a comment.