El Gobierno como Oposición

Por acá venimos hablando de la oposición en general y de rol de la derecha en particular. Hugo Martini sostiene que uno de los motivos por los que no se articula una oposición fuerte en el pais es que el gobierno más que gestionar actúa como si fuera oposición. Creo que es un análisis interesante:

¿Hay espacio para un partido de alternativa? ¿Por qué oponerse a un gobierno del que uno de cada dos argentinos piensa que está haciendo las cosas bien, que acaba de negociar exitosamente la salida del default y que tiene éxito cuando le declara el boicot a una compañía privada que aumenta los precios? Sin embargo, los dirigentes opositores deberían considerar que el espacio existe, en cuanto el Presidente Kirchner a dos años de asumir, no pudo ni siquiera proponer –excepto verbalmente- la modificación del cuadro de degradación social que, es cierto, él heredó. En mayo de 2003 uno de cada dos era pobre y sigue siéndolo. Uno de cada cinco vivía y vive en la indigencia y tres de cada cuatro trabajaban y trabajan en negro, sin obras sociales ni jubilaciones. La mitad del país estaba y está sumergido, apenas sostenido por el aporte del clientelismo político.

La construcción de un partido alternativo de gobierno no puede dejar de considerar esta realidad social porque la misma condiciona la naturaleza de cualquier propuesta. Las demandas de los argentinos del 2005 ni se parecen a las demandas de los habitantes de treinta años atrás. Hoy la demanda de la mayoría es sólo de subsistencia, cuando en 1970 esa mayoría luchaba para alcanzar o mantener su pertenencia a la clase media. En tres décadas ha cambiado –como en cualquier parte- no sólo la forma de vestirse de los habitantes, sino también sus expectativas, su humor y sus códigos. La mayoría tiene los brazos caídos y no participa ni espera participar de una aventura política para oponerse a la coalición formada entre el gobierno y el partido oficial. No existe una demanda o una expectativa parecida al reclamo de elecciones libres cuando apareció el radicalismo o por la justicia social, que acompañó el despertar del peronismo.