Otra carta al Tío Plinio. Esta vez sobre la esposa del militar que mandó las cartas de lectores que le valieron el castigo de su marido. Como dice Jorge Asís, Kirchner es "un duro en el arte de arrugar". Cuánta razón tiene:
No se engañe, Kirchner no es setentista un pepino. Es ochentista. Tiene más puntos en común con Alfonsín que con Firmenich. Para ser rigurosamente técnicos, de acuerdo a la concepción de Gramsci, Vulgarcito es un cesarista regresivo, pero que funciona más como frepasista tardío.
Entonces se introduce, por ejemplo en el tema militar, con enfática convicción, en su propio laberinto, como Alfonsín. Aunque en versión más grotesca y veinte años después.
Con superior polenta de palabras, Alfonsín se despertó de su laberinto con los corchos embetunados de Semana Santa. Por lo tanto, hoy ¿a quién puede extrañarle que la señora Cecilia Pando se ponga el ejército al hombro munida apenas de un bolígrafo?
Un párrafo para la historia:
ReplyDelete"Desestabilizaciones eran las de antes. Si evocamos, por ejemplo, con cierta melancolía histórica, que a Hipólito Yrigoyen le pusieron tanques en la calle. Que a Perón le bombardearon la Plaza de Mayo. Que a Frondizi lo rajaron después de formularle veintitres planteos militares. Y que a Illia, ya en período degradatorio de declive, lo sacaron con un batallón de ascensoristas, y a la pobre Isabel, en fin, todos esperaban que vinieran a llevársela."
Como veo la cosa, Nestítor va a terminar igual que Isabel, con todos esperando que alguien (marcianos?) venga a llevárselo