Hasta hace unos pocos días era posible leer declaraciones de numerosos especialistas que sostenían que no había riesgos ciertos de inflación, que se trataba de un hecho pasajero, de poca importancia en el mediano plazo.
Hoy en La Nación leo que ahora muchos de estos mismos especialistas cambiaron de opinión. Aparentemente estamos ante un riesgo cierto y concreto de una nueva espiral inflacionaria. Es muy probable que no lleguemos a las tasas de los 80 y fines de los 90, básicamente porque esas cifras casi no existen en el mundo en la actualidad, pero lo más probable es que lleguemos a su equivalente actual: una tasa de inflación de dos dígitos.
Un de los aspectos más llamativos de todo este proceso, desde mi punto de vista, es que todavía haya gente que se sorprenda. Es muy difícil de entender que en un país con la larga tradición inflacionaria de Argentina todavía haya gente que crea que es posible escapar a la ley de la gravedad por más tiempo de lo que dura la caída, antes de estrellarse contra el piso.
Hasta gente liberal y "seria" como Daniel Artana, de FIEL y vinculado al breve paso de López Murphy por el ministerio de economía eran de los que bregaban por no asustar y decir que todo era pasajero...
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