Marcos Aguinis sobre Irlanda en La Nación de hoy. Es interesante ver que el cambio es posible, lo hicieron países como España, Taiwán, Corea, Chile e Irlanda. En algunos casos fue en el marco de un organismo supranacional, como España e Irlanda en la Unión Europea, en otros fue la amenaza concreta y constante que representaba algún vecino, como en el caso de Corea y Taiwán.
Pero lo cierto es que en todos estos casos, el cambio se dio primero en las clases dirigentes en su conjunto, quienes fueron los primeros en darse cuenta y aceptar que no era posible el desarrollo sin un consenso mínimo a partir del cual construir el país moderno. Se trata nada mas ni nada menos que de un nuevo piso de racionalidad sobre el cual empezar a trabajar.
El resultado práctico es que debe dar lo mismo cualquier resultado electoral, en el sentido de que no importa quien resulte electo, estas bases racionales, el consenso mínimo, se mantendrán inalterables en el tiempo.
Creo honestamente que ese es el camino y es a esto a lo que debemos apuntar.
Ni España, Taiwán, Corea, Chile ni Irlanda tenían algo remotamente parecido al peronismo, que hace su agosto manteniendo pobres.
ReplyDeleteUuuuy... se me escapó.
Luis, siempre me interesó el caso irlandés. Lo que más me impresionó del artículo de Marcos Aguinis es la cantidad de parecidos que hay con un cierto país sudamericano. Y creo que Irlanda, al igual que Argentina, era un país antimodernidad.
ReplyDeletePara mí, el cambio en Irlanda vino más por necesidad que por vocación. Un día se estrellaron contra la pared y ahí empezaron a cambiar. Mismo caso de la necesidad -y no vocación- de modernizarse aplica a Argentina.
Sobre el tema del acuerdo supranacional, yo me pregunto, ¿Sería Argentina un país antimodernidad si estuviese dentro de un acuerdo supranacional tipo ALCA o como se llame?
Andrés, Yo creo que la única oportunidad que le queda a Argentina pase por meterse en un corsét que represente lo que la Unión Europea para países como Irlanda o España. Yo creo que ese papel lo puede cumplir el ALCA. Pero, tratándose de Argentina, no pongo las manos en el fuego.
ReplyDelete