Predicando a los Conversos

Muchas veces me planteo si tiene sentido todo esto de mantener un blog con este tipo de ideas. Hace unos días le comentaba a Rubén por mail que ya discutí con tantas personas y tuve problemas con tantas otras que la verdad es que acobarda un poco. En lo personal, cada día estoy más convencido de que estamos embarcados en una pelea que no podemos ganar.

Cuanto más leo y más comentarios recibo más me convenzo de que el problema de Argentina no es una cuestión de ideas. Me refiero a que no se trata de una cuestión racional. La forma de encarar la realidad del país no es producto de un proceso racional. No hubo un proceso de análisis sistemático de la realidad internacional por el que evaluamos resultados y decidimos que lo que más nos conviene para lograr nuestros objetivos es este tipo de ideas: populismo, dirigismo, estatismo, autoritarismo, discrecionalidad.

Lamentablemente, me temo que el problema central de países como Argentina es cultural. No se trata de ideas, se trata de valores. Desde mi punto de vista, el país de fines del siglo XIX y principios del XX fue una anomalía histórica. Como también lo fue, salvando las distancias, el de la década del 90. La Argentina real es esta, no nos debemos engañar más.

Nos podemos desgañitar explicando obviedades, gastar los dedos tipiando entradas en los blogs, dejando comentarios, mandando cartas al director, podemos tirar todos los datos y estadísticas, ejemplos y contraejemplos que se nos ocurran. No tiene importancia, es prácticamente imposible cognitivamente combatir lo irracional con hechos.

Las personas que tienen incorporada esta visión del mundo y de la realidad no la van a cambiar por más que les mostremos otra realidad. Sencillamente porque estas posturas no se basan en la realidad, son producto de preconceptos y puntos de vista transmitidos por generaciones. Se trata de valores. La única analogía que se me ocurre es la del ámbito religioso. Me puedo pasar años debatiendo con un fundamentalista islámico sobre la inviabilidad de una sociedad basada en el odio, el resentimiento y la violencia como método para resolver conflictos y, al final del proceso, muy probablemente lo único que consiga es que me mate por hereje.

Tal vez nuestro aporte tenga algún resultado con dos tipos de lectores. Por un lado, aquellas personas que ya tienen en si mismas la duda. Que no comparten esta visión perimida y fracasada del mundo, pero que tampoco tienen incorporadas las ideas que funcionan en el resto del mundo. Creo que en estos casos tenemos alguna posibilidad de ganar algún converso, de exponer nuestro caso y demostrar que este es el camino.

Por otro lado tenemos a la gran mayoría de las personas que leen este y otros blogs de esta red. Son las que piensan como nosotros, las que comparten nuestro punto de vista. En última instancia estamos predicando a los conversos.