Guillermo tiene un muy interesante post con los datos de generación de pobres en el país por gobierno, desde la vuelta a la democracia. En lo personal, me podría pasar tres días colgando posts con datos comparativos de los malditos 90 y la actual reedición del novedoso “modelo” de sustitución de importaciones.
Como le digo en un comentario, es patético que siga siendo necesario repetir lo que debería ser obvio. Además del escandaloso aumento neto en el número de pobres, sin precedentes en la historia del país, debemos tener en cuenta que el concepto de la pobreza es algo relativo, a diferencia de la indigencia. Cuando hacemos estos ejercicios estadísticos, es necesario considerar en la ecuación que de la misma manera que no es lo mismo ser pobre en Canadá que en Bolivia, tampoco da lo mismo ser pobre en un país de 8.500 dólares per cápita que en uno de 3.000.
Un pobre de un país de 8.500 dólares per cápita tiene menor acceso a bienes y servicios como la diversión, vestimenta, equipamiento del hogar o automóvil. Un pobre de un país de 3.000, debe recortar cuestiones elementales como en gastos de comida.
Lo demás es Puro Verso Argentino, de pura cepa. Los números están ahí, disponibles para todo el mundo. Hace falta un enorme ejercicio de relativismo moral e historia alternativa para tratar de disfrazar el monumental fracaso de todas estas políticas cada vez que se ponen en práctica.
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