Sistema de Gobierno

Les dejo el segundo comentario del Profesor Pucci, una carta que envió a La Gaceta de Tucumán en junio de este año:

SISTEMA DE GOBIERNO

Un repaso de nuestra historia política en los últimos 75 años me lleva a proponer un sistema de gobierno para Argentina que se podría denominar: monárquico absolutista peronista con sucesión sugerida. Esta idea, que puede ser considerada como punto de partida para una discusión seria y amigable, ronda por mi cabeza hace un tiempo y la lectura de la Editorial y el Panorama Tucumano del día 15 del corriente mes me impulsó a escribir esta carta.

Es del caso recordar las ocasiones en que parte del pueblo presenciaba sin rubor y aplaudía el desfile del golpista de turno hacia la Casa Rosada, que pensadores de la talla intelectual de Tomás Hobbes y Voltaire propugnaban el absolutismo y el despotismo ilustrado respectivamente, que Pío Baroja decía que... “Las costumbres más que las ideas, son indicativas del carácter de un pueblo” y que además, si tenemos un poco de suerte, nos ahorraríamos una cantidad significativa de recursos financieros - ahora asignados a mantener una enorme, ineficaz e ineficiente estructura política - que un rey ilustrado y benévolo podría dedicar a temas frecuentemente mencionados como la educación, salud, justicia y seguridad.

Si consideramos que: 1) desde 1946, de las 10 elecciones para elegir presidente el peronismo ganó 7 de ellas por amplio margen y que en una de las 3 restantes colaboró para el triunfo del Dr. Arturo Frondizi; 2) que ha reemplazado los golpes de estado militares por asonadas utilizando a sectores marginados; 3) que maneja métodos ad hoc, para ganar elecciones, entre otros, presentar tres candidatos por un solo partido; 4) que utiliza al hartazgo los decretos de necesidad y urgencia y el parlamento ni se inmuta; 5) que el actual presidente no hace reuniones de gabinete ni consulta a los partidos de la oposición limitándose a consultar a 3 o 4 personas de confianza y 6) que el peronismo nunca se consideró culpable, aunque sea en parte, de los males que arruinaron a nuestro país, es lógico entonces concluir que, un sistema como el sugerido, concuerda con nuestra idiosincrasia, cultura y preferencia política.