Sigue opinando
este atorrante. El mismo que en el 2001 dejó embobados a muchos políticos locales al reafirmar sus convicciones ideológicas con la recomendación de devaluar y no pagar la deuda publica, que no iba a pasar nada. No tiene vergüenza. Me imagino que los honorarios de su disertación se los pagaron en pesitos.
Coincido con Stiglitz. Si me hicieron una quita a mí, por qué no al IMF?
ReplyDeleteAl respecto republiqué el poema "A desendeudar" en Sine Metu