Jorge Asís sobre las relaciones exteriores del centro de estudiantes que hace de gobierno federal en Argentina. La verdad es que da mucha vergüenza ajena:
De diez, dice Kirchner, obtuvo veinte.
La semana neoyorquina produjo, para la interpretación del Presidente Kirchner, grandes logros diplomáticos.
Aparte del encuentro largamente esperado con Putin, el logro más notorio consistió en la reunión exclusiva que Kirchner mantuvo con el presidente interino de Bolivia.
Pudo saltarse de alegría, además, con la suplicante entrevista con el señor Zapatero.
Inclusive, lo que son los complejos culturales, la prensa argentina le dispensó, a la reunión de Kirchner con Zapatero, casi la misma importancia que la prensa española le otorgó al saludo de Zapatero con Clinton.
Trátase de una ecuación geopolítica de prensa y poder.
A nadie entonces debe llamarle la atención que los medios españoles no le otorgaran la menor importancia a la cumbre Kirchner/Zapatero.
Del mismo modo, tampoco puede llamar la atención que ningún medio norteamericano destacara el saludo de Zapatero a Clinton.
Ni citara, siquiera, la desesperación de Zapatero por obtener, al menos, cinco minutos con Bush.
Para las ambiciones módicas de Kirchner, Zapatero es la referencia del Norte desarrollado.
Para Bush, en cambio, Zapatero directamente no existe. Sobre todo desde que jactanciosamente lo dejó colgado en Bagdad.
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