Sep 25, 2005

Revisionismo e Ideología

Debe haber pocas cosas que entusiasmen más a nuestra gran clase media nacional, popular y progresista que el revanchismo. La cuestión es desquitarse de agravios, reales e imaginarios, da lo mismo. Cuantas menos posibilidades de defenderse tenga el blanco del desquite, más abiertamente iremos en busca de sangre. Somos así, carroñeros, patoteros, acostumbrados a pegarle al caído, duros inconmovibles con los débiles y blanditos como fideo pasado con los duros.

Debemos admitir que en ese sentido el actual gobierno es el que mejor representa a estos sectores. Como dice Jorge Asís, el actual presidente es un duro en el arte de arrugar.

Mariano Grondona habla en La Nación de hoy sobre la nueva forma de revanchismo nacional y popular, la falsificación de la memoria colectiva. Hay una serie nueva de pseudo historiadores, que hacen las delicias intelectuales de la legión de progres de clase media urbana argenta.

Después de todo, lo más importante es siempre la ideología. Si debemos sacrificar al país en la hoguera ideológica, meta para adelante, cualquier sacrificio es poco en el camino de la Revolución Permanente:

En un artículo que publicó el domingo último LA NACION con el título de "Los usos de la memoria", Bartolomé de Vedia ha llamado la atención sobre la alteración que podría estar sufriendo, hoy, nuestra memoria colectiva. Pero la alteración a la que estaríamos asistiendo no cuenta con un sólido respaldo universitario. Al segundo tipo de historiadores que la promueven, los historiadores improvisados, pertenece una serie de libros de amplia venta que, enfatizando lo espectacular o lo ideológico por delante de lo investigado, explotan el desconocimiento histórico de sus lectores ofreciéndoles una visión demagógica y maniquea de nuestro pasado.

La técnica de los historiadores improvisados no consiste en indagar rigurosamente el pasado según fue vivido por los protagonistas, sino en describirlo livianamente como si fuera el reflejo hacia atrás de sus propias concepciones ideológicas. Roca, por ejemplo, ¿no conquistó el desierto y nos dio la Patagonia? No, dicen los historiadores improvisados. Roca fue un genocida como los represores de los años setenta. ¿No era después de todo un militar? Así es como deforman la memoria colectiva, al no conectarla con los problemas de ayer, sino con las proclamas de hoy.

Algunos, sin embargo, hemos vivido tramos del pasado reciente, como los años setenta y hasta los años cincuenta, para advertir el engaño de la "media memoria" que los historiadores improvisados pretenden imponernos. ¿Tendrán los jóvenes nuestros mismos anticuerpos contra esta manipulación de la historia que no vivieron? Son ellos quienes más absorben las deformaciones de una lectura simplista y pueril. Es sobre ellos que se precipita, hasta en las lecturas escolares, el diluvio de las ideologías que se disfrazan con el ropaje de la historia.

1 comment:

  1. Independientemente del mayor o menor grado de acuerdo que cada uno pueda experimentar con respecto al artículo, me surge la siguiente duda: ¿la "ideología" siempre es de los otros? (de la "izquierda" en este caso). ¿Mariano Grondona está exento de ideología, no define este artículo toda una postura ideológica? Esta palabrita, "ideología", parece estar mal connotada hoy, o referirse exclusivamente a posturas de izquierda o extrema derecha (lo que constituiría para varios una connotación negativa), pero no haríamos mal todos en pensar adónde estamos parados, o desde dónde hablamos.

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