Marcos Aguinis habla de seducir a los musulmanes en una columna de La Nación de hoy. Su punto de partida es que una gran mayoría de ellos no son partidarios ni condonan la el asesinato de inocentes ni el fundamentalismo religioso.
Honestamente quiero creer que es así. Estamos en serios problemas si los fundamentalistas que no tienen el menor prurito en masacrar a ciudadanos inocentes, incluyendo a los de su propia fe, no son más que una minoría ínfima en sus sociedades:
El islam, como dije en varias oportunidades, es ahora rehén de los fanáticos que parieron el odio y la intolerancia, no la pobreza ni la lógica. Esos fanáticos dañan el mundo y su propia fe. Reproducen el fenómeno que hace media centuria envenenó a Alemania. Recordemos que el nazismo también creció bajo la excusa de purgar humillaciones e injustas penalidades, de reivindicar el honor nacional. Logró que cada alemán tuviese que reconocerse nazi. La opinión pública mundial llegó al absurdo de considerar que, en efecto, todo alemán era nazi, como ahora crece la tendencia a ver en todo musulmán a un terrorista. En aquel tiempo, pocos alemanes se atrevieron a desafiar el poder dominante, como ahora pocos musulmanes se atreven a denunciar la psicosis de muchos teócratas. La humanidad no obtuvo inmediato consenso para enfrentar a los nazis, y ahora tampoco lo consigue frente al terrorismo. Pero así como recordamos con admiración a los Thomas Mann y Bertold Brecht, que se atrevieron a pronunciarse contra los criminales que ensangrentaban el mundo y su país, debemos admirar a los pocos musulmanes que se animan a levantar su voz contra quienes usan su religión para predicar la violencia.
garkinis: chickenshit
ReplyDeletetené cuidado, que sabemos quién sos... :-)
ReplyDeleteAH NO!!! Lo unico que falta es que tenga que poner pollera y velo para seducir a turco grandotes.
ReplyDeleteNo viejo!, todo tiene su limite!. Por mi que me vuelen el frente'el rancho, pero a los besos con un tipo que no usa desodorante JAMAS!!!!