Modernidad

El destino de la humanidad fue siempre la pobreza y aquello de que “el pez grande se come al chico”. El capitalismo no creó la pobreza, la heredó. Existían años de vacas flacas y años de vacas gordas, pero el nivel de ingresos de la población se mantenía prácticamente constante. Sólo en los últimos dos o tres siglos conseguimos cambiar esta realidad.

Todo lo que conocemos, hemos vivido, damos por sentado, consideramos “natural” y “derechos universales”, por lo menos en occidente, se basa en supuestos. En gran medida se trata de una gran fantasía, un enorme esfuerzo por elevarnos por encima de nuestras miserias y pequeñeces. Nunca antes en la historia fue así. Prácticamente todo el mundo era pobre; la calidad de vida de la minoría ínfima que concentraba todo el poder y la riqueza ni siquiera puede compararse con la calidad de vida de una persona de clase media baja de un país medianamente desarrollado de la actualidad. Las mujeres no contaban; las minorías, ni raciales ni políticas, tampoco; las personas, especialmente los más débiles y los niños, morían como moscas.

A veces me parece que damos tan por sentadas una serie de convenciones y no nos damos cuenta de que toda la civilización occidental es tan, pero tan frágil. No hay absolutamente NADA que nos garantice que no vuelva a ser así. No hace falta que lo quiera una mayoría, es suficiente con que la mayoría no haga nada para impedirlo.

Por eso me preocupa toda esta onda "posmodernista" de todo vale, todo da lo mismo, todo es "cool", todo es aceptable y tiene el mismo valor. Aún en los países donde los beneficios de la modernidad son más marcados es posible encontrar a muy importantes sectores de la sociedad que no valoran, o directamente desprecian, el sistema que permitió todos estos avances. Somos como los hijos de rico, ya nos olvidamos lo que es vivir en la pobreza y el atraso.

Tenemos la fantasía de que siempre fue así. Aparentemente históricamente siempre los países más poderosos se cuidaban puntillosamente de agredir y aprovecharse de los más débiles. Los gobiernos siempre se eligieron por el voto popular y siempre se vivió bajo el supuesto de que las personas nacen con ciertos derechos que son inalienables. No entendemos que todos estos son logros muy recientes en la historia de la humanidad.

Según esta visión, la modernidad, lejos de ser la causa de que hoy disfrutemos de estos privilegios, es el motivo principal por el que en la actualidad los estamos perdiendo.

Insisto en que nada es para siempre. Es una falacia muy peligrosa pensar que la globalización, la democracia, la economía de mercado, los derechos individuales, lo que conocemos como la “modernidad” son fenómenos irreversibles. De hecho, hay amplios sectores muy poderosos que trabajan permanentemente para retrotraer la historia a tiempos premodernos. El sueño es volver a una supuesta “época de oro", donde recuperarían el protagonismo perdido.

Creo que debemos tomar conciencia de que si no defendemos y valoramos activamente los frutos de la modernidad corremos el riesgo cierto de perderlos.