Perdón, pero ¿no me van a decir que Kirchner no es un presidente 100% Argento, pura cepa, de la primra hora?
Estoy convencido de que la argentina es una sociedad que tiene muchos defectos, pero a veces me pregunto si realmente nos merecemos alguien como este personaje de cuarta:
Innombrable
"Yo creo que faltaba De la Rúa, nada más. Si estaba De la Rúa, estaban todos. ¡Ah, y el innombrable! Ahí sí estaban todos..."
(Del presidente Néstor Kirchner sobre la reunión de opositores a la reforma del Consejo de la Magistratura.)
Cuando la gente era supersticiosa había innombrables por todos lados. No sólo personas: incluso dioses. En la mitología nórdica había un dios cuyo nombre no debía ser pronunciado. Se podía adorar al dios Hod, incluso era posible venerarlo, aprender sus enseñanzas, sacrificarle algún venado a los pies del fresno ancestral, pero no nombrarlo, debido a un incidente desafortunado que había protagonizado este Hod. Nosotros no somos supersticiosos: repetimos el nombre de Hod sin temor a que nos parta un rayo. ¿Lo ve usted, señor Presidente? Habremos repetido contando esta que viene ahora cuatro veces el nombre de Hod y nada, absolutamente nada, nos pasa.
Anímese, caramba: diga usted "Menem" repetidamente. Al principio le costará, deberá concentrarse, acomodar la voz, hacer un esfuerzo. Después le saldrá solo, como si nada, y se habrá quitado usted de encima una pesadilla, pues habrá comprendido que no hay mejor modo de exorcizar un fantasma que decir su nombre libremente, sin reprimirse y sin hacer cuernitos con los dedos. Pruébelo y sáquese de encima a ese innombrable que ha conseguido que usted se agite noche y día como un poseso.
A menos que no hubiera querido referirse a Menem. En ese caso, ¿quién era el innombrable? ¿Voldemort, el mago cuyo nombre no debe ser dicho y que dejó en la cara de Harry Potter una cicatriz indeleble? ¿O el innombrable que describió Samuel Beckett diciendo: "Yo, del que no sé nada, sé que tengo los ojos abiertos a causa de las lágrimas que de ellos manan sin cesar"? ¿O acaso aquel Perón del 55, al que sólo se aludía con paráfrasis como "el tirano prófugo" o, mejor todavía, "el que te dije"? Vea usted: lo mejor es llamar a las cosas por su nombre. Ya tenemos bastantes complicaciones como para que venga usted a hacérnosla todavía más difícil con esta clase de acertijos y rompecabezas.
Hugo Caligaris
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