Julio, un lector, dejó un comentario muy interesante en un post anterior. No es la primera vez que lo hace, ya en otras oportunidades leí cosas muy interesantes de él.
En primer lugar, como se lo dije antes, la verdad es que me da mucha alegría escuchar que alguien no sólo piense así sino que además se anime de decirlo en público. Como bien dice en su comentario, en la "nueva Argentina" es un horror haber tenido algo que ver con "los 90".
En lo personal, comparto su punto de vista. Creo que tiene razón en la descripción del proceso de destrucción de lo que popularmente se conoce como “la convertibilidad”. Pero creo que el problema es mucho más grave.
La Argentina post golpe a De la Rúa no tiene nada de nuevo. No es más que la vuelta a lo mismo de siempre. Estamos reciclando los viejos y trillados modelitos de toda la vida. Se trata de la versión 00s del fracasado modelo de sustitución de importaciones, con sus derivados de siempre, el aislamiento internacional del país. Esta vez se trata de Chávez. Antes era la Unión Soviética, Kaddafi o el sátrapa de moda.
Si un señor se excede en la bebida, se somete a un tratamiento de rehabilitación y sale del problema, se puede decir que cometió un error en la vida. Pero si ese mismo señor, cada dos o tres años vuelve a caer en el vicio a pesar de tratamiento tras tratamiento, podemos concluir con cierta certeza que se trata de un alcohólico crónico. No se si el ejemplo es demasiado feliz, pero sirve para mostrar lo que nos pasa. Siempre volvemos a caer en lo mismo.
Es cierto que no todo el mundo comparte la “nueva Argentina”. Pero también es cierto que la unanimidad es imposible de lograr y los países se construyen con las mayorías ciudadanas.
Les dejo el comentario de Julio, creo que vale la pena. Espero que no le moleste:
Hay un tema recurrente en tu blog, y es la convicción de que el actual gobierno es, en el fondo, lo que quieren los argentinos.
Mi postura tiene algunos matices distintos: en primer lugar, aunque la abrumadora mayoría de la población estuviera de acuerdo con los dislates que dice y hace nuestro Supremo y sus adláteres, el 50% más uno no equivale al 100%. Pero además, no es cierto. La proporción de personas que están conformes es alta, pero decreciente, pese a la omnipresente publicidad oficialista.
Estoy convencido de que el pueblo argentino fue colectivamente sometido por los medios de prensa -fundamentalmente la televisión- a un gradual, pero no por ello menos efectivo lavado de cerebro. La maestría de la izquierda para la propaganda sólo es comparable con su notoria incapacidad para gobernar; su esencia es destructiva, y su inmerecido prestigio le permite hacer y decir cosas inaceptables si provinieran de la "derecha".
Caído el Muro de Berlín y derrotado el comunismo, Argentina emprendió un camino que habían seguido otros países del mundo. La convertibilidad no sólo fue exitosa como plan antiinflacionario, sino que, para horror de los Alfonsín y otros "progres", por primera vez en muchos años, el común de la gente mejoró sus ingresos reales, y su creciente nivel de consumo la aburguesaba y "desmovilizaba", según opinión de Verbitsky. Había que destruir ese modelo, no fuera cosa que la gente se convenciera que la solución era el capitalismo.
El primer paso del lavado de cerebro, fue obtener la vergüenza de los seguidores y votantes de Menem, por la "corrupción", y así lograron la primera victoria psicológica: que la gente que votaba a Menem, y que claramente estaba mejor, se avergonzara.
El segundo paso, fue identificar con la corrupción o con la maldad todo lo que nos podía acercar al mundo civilizado: las privatizaciones eran corruptas; la tímida ley de reforma laboral de De la Rúa, fue conseguida con coimas; las desregulaciones por decreto, eran una muestra de autoritarismo (¿a quién le preocupan ahora los mucho más frecuentes decretos de necesidad y urgencia?)
El tercer paso, fue liquidar la convertibilidad, no por sus eventuales deficiencias ni por la necesidad de hacer correcciones, sino porque un pueblo medianamente próspero, es un pueblo satisfecho, y menos afecto a los delirios izquierdistas. Además, había que promover como una suerte de "causa nacional" el repudio de la deuda externa. Aunque el default se consumó en gran parte contra argentinos tenedores de títulos de la deuda pública, defender el orden jurídico pasó a identificarse con la traición a los intereses nacionales.
El cuarto paso -que, por su éxito, envidiaría más de una agencia publicitaria- fue, después que la devaluación, la pesificación y el default arrasaron con los ingresos y ahorros de gran parte de la población, convencerlos de que la culpa de sus penurias se sitúa, no en el año 2002, sino en 1991: la miseria actual es hija de Menem, pese a la evidencia de lo contrario.
El quinto paso, fue un corto salto: Menem era perverso y corrupto, Menem era neoliberal, ergo, en realidad lo corrupto es el neoliberalismo (no saben bien qué es, pero se identifica con todo lo malo).
El sexto paso, y dado que el capitalismo se identifica en gran medida con los Estados Unidos, fue hacernos rechazar todo lo que nos podía ofrecer ese país. Las relaciones con USA durante el "menemato" eran "carnales"; ahora, debemos enamorarnos de Venezuela y Cuba, para diferenciarnos de esa época oprobiosa.
El séptimo paso, fue desacreditar y de ser posible desarticular a toda institución que pudiera ser un contrapeso, aunque sea tenue, u opinar de otra manera: la Corte "menemista", el Congreso (salvo que lo integren miembros adictos), la Iglesia Católica, las fuerzas armadas, la policía, la prensa que no es del todo adicta, la diplomacia profesional. Ante la ausencia de voces disidentes, gran parte de la gente, de tanto oír lo mismo y repetirlo, termina pensando lo que escucha y dice.
La alemana Elisabeth Noelle- Neumann sostuvo que "opinión pública" es aquello que cualquiera puede animarse a decir en público sin temor a ser reprobado por el medio en el que actúa, por el rechazo al aislamiento social; siendo así, las minorías se encuentran en una enorme desventaja por haber elegido el silencio como opción. En un segundo estadio del lavado de cerebro, y como a todo el mundo le resulta incómodo decir una cosa y pensar otra, se termina pensando lo que se públicamente se dice.
En otras palabras: no es que la prensa diga lo que dice, porque refleje la opinión pública, sino ésta opina lo que opina, porque los periodistas -que ya desde las facultades de comunicación social han sido convenientemente idiotizados- los han convencido de que es así.
Muy interesante la postura de Julio aunque quisiera postular otras alternativas.
ReplyDeleteEstoy de acuerdo que la mayoría no quiere este gobierno, ¿pero qué alternativas hay?
Tema medios. No hay que olvidar al viejo filósofo, que dijo: "cuando éramos gobierno y teníamos todos los diarios a favor nos echaron..."
En España está sucediendo algo similar. La mayoría de los medios son afines al gobierno, excepto algunas pocas alternativas. Pues, la radio que está creciendo en audiencia -y cuando digo creciendo, significa cientos de miles- es la principal radio opositora. ¿Porqué? Porque la gente está harta de escuchar siempre lo mismo y se está dando cuenta que lo que le dicen, no es toda la verdad. Y que hay temas que no se tocan.¡Esa radio, ahora,la quieren clausurar!
Que hubo corrupción en el gobierno de Menem nadie lo niega. ¡Fue escandaloso! Pero, ¿qué sucede hoy?
¿algún cambio? No.
La muerte de la convertibilidad es un tema que discrepo con Julio. Para mí fue un tema netamente comercial y empresarial, dirigido por Magneto y el Grupo Clarín para poder licuar sus deudas. Esta empresa estaba quebrada. Estaba...
Magneto y unos cuanto más, se pusieron al frente de una campaña muy fuerte para romper la convertibilidad y, según comentarios que circulan, se pusieron también con unos cuantos millones de dólares que embolsó el Cabezón Duhalde y el ex ministro de economía Lenicov hoy fuera del país. En este asunto, sinceramente creo que la progresía no tiene nada que ver. El origen es más corrupto aún.
Pablo
Excelentes los siete "steps", coincido mucho con la opinion de Julio. Que bueno es tener alguien tan atento como muchos de este Blog.
ReplyDeleteFue muy casual como llege a este blog y me sorprendio mucho.
Estaba haciendo una investigacion del lavaje de cerebro o a la tan cambiante opinion de millones de argentinos.
Apenas en la 4 pagina del querido google me aparecio esta BRILLANTE nota, con ese comentario de Julio. Creo que nunca pude encontrar algo tan bien explicado... sorprendente.
El tercer paso me hizo acordar mucho a una frase de Neustadt que decia, "El argentino ve el pasado como algo endoniado y no algo para mejorarlo".
Hace 1 año que estoy investigando y estudiando a este personaje tan interesante.
Rodrigo
15 años.
La frase de Neustadt era asi, la corrigo... "El argentino ve el pasado como algo endemoniado y no algo para mejorarlo".
ReplyDeleteRodrigo, me alegro mucho de que te haya sido útil. Creo que la idea es mostrar que existe otra forma de ver las cosas diferente a la uniformidad del pensamiento único progre.
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